Más deuda y a un coste inferior. El Tesoro logró abaratar ayer hasta el 24% el coste de las obligaciones a 10 años en la tercera subasta celebrada este año, que se saldó con 6.610 millones adjudicados, un total de 2.110 millones más del máximo previsto.

¿Por qué? Porque la avalancha de demanda propiciada por la liquidez aportada al sector financiero por el Banco Central Europeo (BCE) presiona al alza el precio y reduce la rentabilidad --son variables que discurren en sentido contrario--. En resumen, baja el precio que tiene que pagar el Estado por atraer inversores.

Ni la rebaja de la nota de solvencia de España decidida hace una semana por Standard & Poor's (S&P) ni las amenazas de las otras agencias de calificación de riesgos han podido con la demanda y la evolución del mercado. El alud de liquidez, que permite a los bancos adquirir títulos con un rendimiento muy superior (entre el 3% y más del 5%) al coste del dinero con el que los compran (1%) supone un enorme atractivo para las entidades.

En la subasta de ayer se adjudicaron 1.300 millones de euros en bonos con vencimiento el 31 de octubre de 2016 a un interés del 4,05%. Este tipo es superior al 3,949% de la semana pasada, también a cinco años. En títulos con vencimiento a 30 de julio del 2019, colocó 2.300 millones con una rentabilidad del 4,643% frente al 5,110% de la subasta del 20 de octubre en la que también emitió deuda a siete años.

MAS DEMANDA QUE OFERTA En las obligaciones con vencimiento a 31 de enero de 2022, el interés fue del 5,546%, por encima del 5,564% de la emisión de títulos a similares plazos (en diciembre), pero muy por debajo de la subasta de octubre, en la que la deuda a 10 años alcanzó una rentabilidad marginal del 7.088%. El Tesoro colocó 3.009 millones de euros en títulos a 10 años, frente a una demanda superior a 6.000 millones.