El ministro de Economía, Luis de Guindos, pecó de prudencia o no quiso ser alarmista cuando cifró hace unos días en 50.000 millones de euros el saneamiento extraordinario que ultima en los activos inmobiliarios del sistema financiero. Eso es, al menos, de lo que está convencido el sector. Según distintas fuentes, el proceso costará más que esa cifra. Incluso podría superar los 60.000 millones, calculan algunas entidades.

El Gobierno se plantea obligar a la banca a bajar sus activos inmobiliarios hasta el precio de mercado y a elevar las provisiones (la hucha que tiene para afrontar las pérdidas que les causan estos activos) hasta que supongan el 50% del valor de los mismos, desde el aproximadamente 30% actual. Si se toman los datos del primer semestre del año pasado, Santander (4.558 millones de euros de saneamiento), BBVA (2.826), Unicaja (135), Kutxa (116), Bankinter (332) y CaixaBank (2.604) son las mejor situadas para llevarlo a cabo.

El margen neto de estas entidades (los ingresos que obtienen de su negocio menos los gastos, antes de dotar las provisiones y pagar impuestos) es mayor que los fondos que tendrían que destinar a elevar su cobertura hasta el 50%. De esta manera, su beneficio se reduciría mucho pero no entrarían en números rojos.

EN PERDIDAS Pero son escasos los bancos en esta situación envidiable. "Hay pocas entidades capaces de aguantar si hacen el saneamiento en un año. El resto entraría en pérdidas", explica un alto ejecutivo de una de las mejor situadas. La prueba de estrés sobre los datos inmobiliarios del cierre de junio apuntan a que el proceso sería prácticamente insuperable para Nova Caixa Galicia (1.940 millones), Catalunya Caixa (2.571), Unnim (1.000) y BMN (1.940).

Un tercer grupo de entidades se encuentran en una situación intermedia. Es el caso del Popular (3.967 millones de euros), Ibercaja (912), Caja 3 (425), BFABankia (5.177) y, en menor medida, del Sabadell (1.811) y Liberbank (1.362). La dos últimas tienen la ventaja de contar con esquemas de protección de activos (EPA), por los que el Fondo de Garantía de Depósitos asume parte de las pérdidas en la CAM y CCM, las dos cajas intervenidas que se quedaron, respectivamente, Banco Sabadell y Liberbank.

Así las cosas, van a resultar clave las condiciones que el Gobierno fije para el saneamiento. De Guindos ya adelantó hace unos días en el Financial Times que "podría no ser realizado en un año sino en varios" y que la mayoría de las entidades podrá afrontarlo "con sus beneficios". En el sector, con todo, no se espera que el Ejecutivo sea demasiado indulgente.

Las condiciones que fije el Ministerio de Economía también son cruciales para que el Ejecutivo cumpla su promesa de no dar más dinero público a la banca. De hecho, el departamento tiene decidido que las entidades que no puedan realizar el saneamiento por sí mismas se fusionen con otras instituciones en mejor posición.