La agencia de calificación financiera Fitch ha recortado un escalón la nota de la deuda portuguesa, hasta el nivel de BB+, de bono basura, y ha decidido mantenerla bajo pronóstico negativo, sujeta a sufrir otras posibles rebajas. Además de Fitch, también la agencia Moody's tiene situada la deuda soberana portuguesa en un nivel de bono basura y solo Standard & Poor's, entre las tres grandes calificadoras, la mantiene en un escalón superior.

Fitch ha informado en un comunicado de que advierte un "adverso" panorama macroeconómico en Portugal, con serios problemas de déficit fiscal, previsiones de una caída del PIB del 3% el próximo año y un fuerte endeudamiento que afectan a la calidad de su deuda.

Pese a este entorno negativo, la agencia considera posible que Portugal, que pidió el rescate financiero internacional en mayo, cumpla sus metas de reducción del déficit y elogia el programa de ajuste económico aplicado por su Gobierno conservador.

La rebaja de nota se ha anunciado el día en que Portugal vive una huelga general convocada de forma conjunta por las grandes centrales sindicales en protesta por las medidas económicas del Ejecutivo, que desalojó del poder a los socialistas en las elecciones anticipadas de junio.

Fitch, al igual que las demás grandes agencias de notación, mantenía en vigilancia a Portugal para posibles recortes, pero había optado por aplazar una posible recalificación hasta finales de año. El pasado 4 de octubre Standard & Poor's tomó una decisión similar y mantuvo la nota de Portugal en el mismo nivel de BBB- que le daba entonces Fitch, y también con perspectivas negativas, aunque resaltó la determinación de Lisboa en aplicar los ajustes económicos necesarios.

Esta agencia de notación recomendó medidas adicionales de austeridad para el cumplimiento de los objetivos fijados por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando concedieron a Portugal, en mayo, un rescate financiero de 78.000 millones de euros.

La tercera gran agencia de notación, Moody's, redujo el pasado 5 de julio la calificación portuguesa en cuatro niveles, hasta dejarla en Ba2, dos escalones menos que la aplicada por Standard & Poor's y uno respecto a la nota actual de Fitch. Esta calificadora ha explicado que su decisión sobre Portugal tiene también en cuenta las peores perspectivas del conjunto de Europa.

No obstante, ha señalado que las reformas estructurales emprendidas por Lisboa van a mejorar la competitividad del país a largo plazo. Según Fitch, las peores amenazas que se ciernen sobre Portugal surgen de la debilidad de su economía, que estará en recesión los próximos dos años, y de su efecto sobre los activos financieros. Con todo, considera que se cumplirán las reducciones del déficit fiscal, que fue del 9,8% en el 2010, previstas tanto para este año (5,9%) como para el próximo (4,5%).

Pero la deuda estatal, recuerda la entidad, pasará del 93,3% del PIB que registró en el 2010 a un 110% este año y un 116% a finales del 2013, cuando se prevé que alcance su punto más alto si los planes de saneamiento económico tienen éxito. Fitch advierte además de los "significativos riesgos" de la crisis de la deuda soberana para el sistema bancario luso, que sufre uno de los peores índices de endeudamiento del sector privado europeo y subraya la necesidad de recapitalizar las instituciones financieras como está previsto en el rescate de Portugal.