En pleno desierto de Arizona, Bobby Cooper debe detenerse en un pueblo perdido de la mano de Dios por una avería en el coche. Allí conoce a un matrimonio formado por un hombre maduro y brutal y una joven atractiva y turbia que, por separado, le proponen ambos que mate a su cónyuge. Un trama que desencadena un terrible final.

Es el argumento de Giro al infierno, una película de Oliver Stone que, en realidad, se llamaba cambio de sentido (U turn, en inglés). Un filme menor, pero que ayer venía a la cabeza viendo lo sucedido en el mercado español, que no fue nada bueno.

Lo de Portugal ha sido un duro golpe. Una cosa es que se hunda. Pero otra mucho peor es que genere dudas y miedos sobre la credibilidad de las cifras públicas de déficit de los países más débiles de la zona euro. El Gobierno luso ha corregido su cifra de déficit del año pasado del 7,3% al 8,6%, aduciendo un cambio en el método de cálculo tras conversaciones con Eurostat...

El fantasma de las mentiras de las cuentas griegas revivió. Y por ósmosis, la prima de riesgo española --posibilidad de impago de la deuda pública percibida por el mercado-- subió de los 187 a los 194 puntos básicos, rompiendo una venturosa racha de muchas sesiones por debajo de los 190 puntos.

La delicadísima situación de la CAM, tras la ruptura del Banco Base también pasó factura, al reavivar las sospechas sobre el estado de las cajas y del sistema financiero español. Entre eso y su exposición a la deuda portuguesa, los bancos cotizados fueron como plomo para la bolsa. Tampoco ayudó que Irlanda --con cuyo quebrado sistema bancario se suele comparar al español-- anunciase que debe inyectar 24.000 millones de euros adicionales a sus entidades financieras.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) nos echó una mano, al afirmar que España avanza en la "dirección correcta". Pero de nada sirvió. La agencia de calificación Fitch prevé un crecimiento de la economía del país del 0,5% para este año, frente al 1,3% del Gobierno. Y vuelven las voces que afirman que España es la siguiente pieza en caer en el dominó de la crisis del euro.

Así las cosas, el Ibex 35 cayó un severo 1,45%, hasta los 10.576,5 puntos, con lo que en marzo ha caído el 2,5%, si bien en el trimestre ha subido el 7%. Lo malo es que Bankinter estima que la bolsa acabará este año en 10.744 puntos. Es decir, que en lo que queda de año, vamos a vivir subidas y bajadas, pero para quedarnos igual.