Lo que mal empieza, ya se sabe, cuenta con muchas papeletas de acabar mal. Banco Base, la fusión de cajas más conflictiva y que estaba llamada a dar lugar a la tercera entidad de ahorro y el quinto grupo financiero español, estalló ayer por los aires. Las asambleas de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria rechazaron traspasar su negocio financiero al banco a través del que se había estructurado su fusión fría por los problemas del cuarto socio, la CAM. La entidad alicantina, cuya asamblea sí aprobó el traspaso, queda ahora abocada a ser absorbida o nacionalizada.

Por más que esperada, la noticia cayó como una bomba en las autoridades y el sector privado, pues se teme que pueda producir una recaída de España en los mercados, ahora que por fin se está despegando de los países más débiles del euro. Para evitarlo, el Banco de España quiere darle una solución a la CAM, y pretende que un gran banco o caja se quede con la entidad.

PLANES El organismo gobernado por Miguel Angel Fernández Ordóñez reclamó ayer a las cuatro entidades que le comuniquen "inmediatamente" las estrategias que piensan seguir. Según fuentes internas, Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria estudian crear un nuevo banco, que cumpliría los nuevos requisitos de capital fijados por el Gobierno y que podría incorporar a cajas en apuros para ganar tamaño.

La CAM lo tiene mucho más complicado por su delicada situación (su mora se ha doblado en un año, hasta el 8,7%). La entidad anunció que piensa seguir adelante con el proyecto de Banco Base y que estudiará la posibilidad de asociarse con otras entidades o captar inversores para cumplir los requisitos de capital.

Pero ni el regulador ni el sector se creen que pueda liderar ninguna operación. El Banco de España tampoco ve posible que pueda continuar sola, ya que la cifra de ayudas que requeriría sería descomunal. De hecho, ya ha tanteado a los grupos más grandes (Santander, BBVA, La Caixa y Popular, entre otros).

Algunas de estas entidades han manifestado un interés preliminar, pero piden a cambio un esquema de protección de activos (un sistema por el cuál el Estado asume parte de la morosidad). Fernández Ordóñez ya se declaró poco partidario de este instrumento, con lo que lo más probable es que la ayuda se articule a través del FROB.