Ser de Bilbao aporta evidentes ventajas a la autoestima. Más allá de la proverbial fanfarronería, solo así se explica la transformación de una oscura y languideciente ciudad industrial en una urbe vibrante y bellamente contemporánea. O que su equipo, el Athletic, sea junto al Madrid y el Barça el único que no ha bajado nunca a segunda, gracias a su romántica filosofía.

Probablemente también gracias a ello, el Ayuntamiento de Bilbao abonó ayer el último pago del último de sus créditos. En 12 años, el endeudamiento ha pasado de 558 euros por bilbaíno a cero. Tampoco conviene ser maximalista con la deuda, pero hay que reconocer que si fuera verdad que "Hermanos somos todos los humanos / El mundo entero es un Bilbao más grande", como decía Unamuno en un bello poema a su ciudad natal, otro gallo nos cantaría...

El Estado presentó ayer sus cuentas de los dos primeros meses, con una caída del superávit del 43%, hasta una cifra equivalente al 0,18% del PIB. El Gobierno explicó que el descenso se debe a la nueva forma de financiar a las autonomías (ahora se hace cada mes, y no cada trimestre) y apuntó que, en términos homogéneos, el excedente hubiera subido ligeramente.

Esperemos que los inversores se crean sus explicaciones, porque las autonomías comparten con las cajas el dudoso honor de ser los elementos que podrían provocar la recaída de la percepción de España en los mercados. De hecho, resultan más preocupantes las cuentas de la Seguridad Social, cuyo superávit sufrió un recorte del 17,4%.

No es el único frente abierto. Banco Base, la fusión liderada por Cajastur y la CAM, está al borde de la ruptura, que se podría confirmar hoy. De ser así, habrá que ver si se cumplen los augurios de un alto mandatario europeo, que hace poco decía que España saldría adelante a no ser que se produjese alguna sorpresa desagradable en una caja.

Marejada dentro, y también alrededor. La agencia Standard & Poors rebajó ayer la nota de Portugal y la dejó al borde del bono basura. Con la prima de riesgo marcando cada día un nuevo máximo histórico, el rescate se acerca inexorable.

Pese a todo, la prima de riesgo española --posibilidad de impago percibida por el mercado-- sigue por debajo de los 190 puntos. Con esa tranquilidad, y las renovables en alza por las dudas sobre la nuclear y contrarrestando a la banca, el Ibex 35 apenas cayó el 0,15%, hasta los 10.735 puntos. La cautela, con todo, gana adeptos en el mercado.