La asamblea de Cajastur ha rechazado hoy la segregación de sus activos y pasivos en favor de Banco Base lo que supone romper la "fusión fría" iniciada con Caja Extremadura, Caja Cantabria y Caja Mediterráneo (CAM), que habría dado lugar a la quinta entidad financiera española. Con esta decisión la caja asturiana queda desvinculada "a todos los efectos" del contrato de integración suscrito en julio de 2010 y excluida del Sistema Institucional de Protección (SIP) que era objeto del mismo "al no haberse cumplido la condición necesaria para su efectiva puesta en marcha". La decisión, ratificada por una amplia mayoría de la asamblea, según fuentes de Cajastur, se ha adoptado tras las diferencias surgidas entre CAM y las otras tres entidades tras la solicitud por Banco Base de 2.784 millones de euros al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), el doble de lo previsto, que se añadirían a un préstamo anterior de 1.493 millones. La nueva entidad, de la que es consejero delegado Manuel Menéndez, presidente de Cajastur, pidió esta cantidad, que implicaría la práctica nacionalización del grupo dado que el Estado controlaría el 45 %, ante la necesidad de capital para someterse a los exámenes europeos de solvencia y la "alta morosidad" de la CAM.