--¿Es válido cualquier tipo de reforma pactada de la negociación colectiva?

--El acuerdo social de enero dice que el Gobierno aprobará la reforma que pacten los agentes sociales y creo que puede tener contenido. Los debates son muy compartidos y no hay un discurso muy diferente entre los agentes sociales.

--¿Se espera más flexibilidad?

--La reforma laboral que el Gobierno aprobó en solitario porque fracasó el diálogo social ya avanza hacia esa flexibilidad. Se olvida, a pesar de que provocó una huelga general, que antes de despedir a trabajadores pueda haber un ajuste de condiciones de trabajo o salarial. Si ellos quieren caminar más allá, tendrán que decidirlo ellos.

--¿Cuál ha sido el principal obstáculo, un cambio de cultura en los convenios?

--Está claro que reformar la negociación colectiva no es fácil porque es un modelo fruto de muchos consensos que se han ido sedimentando. Además, la negociación colectiva pone en valor dentro de las organizaciones sindicales y empresariales algunas estructuras de poder y la reforma modificará esa relación. La reforma toca el poder dentro de los sindicatos y las patronales y muchos hábitos.

--Hemos visto propuestas como excluir a las empresas de menos de seis empleados de los convenios y extender la representación sindical. ¿Hay líneas rojas?

--Hay límites que proceden de la Constitución y de la interpretación del Tribunal Constitucional, que ha dicho que para excluir a trabajadores de la negociación colectiva se necesita una razón objetiva porque están en juego la igualdad y la no discriminación. Tengo serias dudas sobre si sería posible excluir a empresas de la negociación colectiva. Lo mismo sucede con los arbitrajes obligatorios, que en general tienen que ser voluntarios.

--¿El preacuerdo ayudará a España en la cumbre del euro?

--Lo importante es que haya acuerdo, no el día. Pero sería importante que España dijera en la cumbre que tiene un nuevo modelo de negociación colectiva y además consensuado.

--¿Quién tiene que aprobar ese modelo nuevo, el resto de líderes europeos, Merkel...?

--No se tiene que someter a la aprobación de nadie. Zapatero ya dijo que los temas salariales deben ser objeto de negociación en cada país.

--¿Eso quiere decir que la inflación continuará decidiendo los sueldos?

--Ha habido una importante confusión. En la UE y en la OCDE en todos los países se tiene en cuenta el IPC para subir los salarios. Nuestro modelo salarial es coherente con la OCDE. Nosotros ya tenemos una parte vinculada a la productividad, igual que Alemania. El factor que nos diferencia de Alemania es el de las tensiones inflacionistas y la falta de incrementos de productividad sustanciales. No sé si se tiene en cuenta que nuestra productividad ha subido con la crisis por la reducción de plantilla, con lo cual tendría que haber mayores incrementos de sueldos.

--¿El Banco de España causa confusión al advertir de que las subidas salariales destruyen empleo?

--El Banco de España sabrá por qué dice ciertas cosas. Nuestro modelo es de contención salarial. Desde el 2000 los agentes sociales se ponen de acuerdo en pactos de moderación. Esos acuerdos también ponen de relieve el tópico de que se negocia poco en las empresas. Ha habido muchas empresas y sectores en los que se ha llegado a un acuerdo de contención salarial a cambio de mantener el empleo. Eso es flexibilidad.