Cuando estalló la revuelta en Túnez y, después en Egipto, turoperadores, agencias de viajes y hoteleros anticiparon que España estaría entre los destinos turísticos más beneficiados por la inestabilidad en el norte de Africa. Aseguraron que en Canarias se notaría más el aumento de reservas, porque para el turista europeo era la mejor alternativa de sol y playa a los lugares vacacionales del mundo árabe. Las cifras les han dado la razón: en enero y febrero, España recibió 235.000 visitantes más que un año antes. La mayoría, más de 210.000, eligieron el archipiélago canario, según datos del Ministerio de Industria publicados ayer.
El turismo creció en España un 4,5% en los dos primeros meses del año (5,5 millones de turistas), una cifra positiva que esconde realidades dispares: mientras Canarias creció tres veces más que la media (13,5% más, hasta 1,7 millones), Cataluña, segunda comunidad de destino, se mantuvo estable (0,6% más) y Andalucía y Baleares bajaron.
Para Rafael Gallego Nadal, presidente de la Federación Española de Agencias de Viajes, es lógico que Canarias acapare el grueso de turistas adicionales porque es el único destino español en temporada alta en invierno. No obstante, matiza que la crisis árabe ha potenciado una tendencia que ya se había iniciado. "Sin tener en cuenta lo ocurrido en el norte de Africa, ya se veía un crecimiento en España, pero este se ha disparado por los cierres de los destinos de Túnez y Egipto", explica Gallego Nadal, que también es vicepresidente de la comisión de turismo de la patronal CEOE.
Joan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles, coincide en que "no todo es Egipto y Túnez". También ha contribuido la normalidad económica en los países europeos emisores de turistas a España. "Entre octubre y diciembre, el turismo nórdico creció un 15%, y entonces no había empezado la crisis árabe", puntualiza.
Los turistas nórdicos son, en efecto, el mercado que mejor ha evolucionado en los últimos meses. Siete de cada diez de ellos se dirigieron a Canarias. En cambio, llegaron menos alemanes y británicos. Por otra parte, italianos, holandeses, belgas, irlandeses y suizos también viajaron más a España, aunque su volumen es menor.
El descenso de turistas de Gran Bretaña y Alemania puede activar la alarma, ya que son los dos principales países de origen de los viajeros a España. Hay que estar atento, advierte Gallego Nadal, a lo que ocurra ahora pues Egipto intenta recuperarse turísticamente porque si ya antes Egipto era un 30% más barato que España, es previsible que rebaje aún más sus tarifas en los hoteles para ganar atractivo.