"El dinero nunca duerme", decía Gordon Gekko en la primera parte de la película Wall Street. Ni tiene moral, cabe plantearse muchas veces. Quizá sea por esa vida de insomnio, pero el yen roza estos días su nivel más alto frente al dólar desde la segunda guerra mundial. En parte se debe a que se da por sentado que las empresas japonesas, particularmente las aseguradoras, van a tener que repatriar sus inversiones en otros países y divisas para pagar indemnizaciones y financiar la reconstrucción del país.

Sin embargo, el ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, ha denunciado que el alza obedece a rumores infundados y fueron fruto de operaciones "extremadamente especulativas". En otras palabras: inversores con pelaje de buitre que buscan hacer dinero fácil y rápido provocando la apreciación artificial de la moneda aunque ello perjudique a las exportaciones, claves en una economía como la japonesa, en la que sectores como la electrónica o el automóvil tienen gran peso.

Con todo, la tercera inyección de liquidez del Banco de Japón y la amenaza del Ejecutivo de devaluar la moneda suavizaron la cotización del yen y permitieron la primera jornada de relativa tranquilidad de los últimos días. El anuncio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) de que la situación en la central de Fukushima estaba estabilizada dentro de la gravedad, así como las muestras de apoyo y confianza en Japón del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el G-7, sentaron bien a los mercados.

La buena apertura de Wall Street, impulsada por unos datos de inflación y petición de subsidios de desempleo mejores de lo previsto, dio también ánimo a los inversores europeos. En España, en particular, los ánimos compradores se hicieron fuertes ante el éxito del Tesoro, que colocó 4.129 millones de euros en obligaciones a 10 y 30 años (esperaba subastar entre 3.500 y 4.500 millones) a un menor tipo de interés que en la subasta anterior, en febrero.

La prima de riesgo --posibilidad de impago del Estado percibida por el mercado-- cayó hasta los 207 puntos básicos. Así las cosas, el Ibex 35 repuntó el 2,31% y recuperó lo perdido la víspera, colocándose en los 10.325,6 puntos. Pero no hay que echar las campanas al vuelo. Emilio Ontiveros y Juan Iranzo, dos de los economistas más conocidos del país, decían ayer que sucesos como los de Japón o los del norte de Africa provocarán que la economía española crezca este año menos del 1%, frente al 1,3% pronosticado por el Gobierno.