Es un primer paso dado en Alemania, pero de un camino que debe atravesar toda Europa. El Gobierno alemán aprobó ayer la implantación de una tasa bancaria como parte de un proyecto de ley que marca los pasos a dar en el futuro en caso de que los grandes bancos sufran problemas de financiación como los vividos en la reciente crisis.

"Hoy hemos dado un paso muy importante para sacar adelante una etapa aún más importante", aseguró ayer satisfecho el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en un encuentro con la prensa internacional. Schäuble destacó que, con la aprobación del proyecto de ley, Alemania demuestra estar trabajando en "los dos pilares básicos para dejar atrás la crisis internacional" que, según el ministro alemán, son "la reducción del déficit nacional y la elaboración de mejores reglas para los mercados financieros".

CUMBRE DEL G-20 Además, el ministro dejó claro que para que estas iniciativas nacionales tengan algún efecto es necesario que tanto Europa como el resto de países sigan el camino ale- mán, y señaló la cumbre del G-20, en Corea del Sur en noviembre, como una fecha clave para iniciar ese trayecto conjunto.

La tasa bancaria aprobada por el Ejecutivo de Angela Merkel será obligatoria para todos los bancos que tengan presencia en Alemania y, con ella, se espera crear un fondo de reestructuración de entre 1.200 y 1.300 millones anuales, que servirían para salir al rescate de entidades que afronten una crisis. El fondo liberaría así a Estado y contribuyentes de asumir el coste de la misma como pasó tras la quiebra en el 2008 del banco estadounidense Lehman Brothers.

Además de la tasa bancaria, el proyecto de ley aprobado ayer recoge otros aspectos, como la regulación de nuevos procesos de insolvencia para los bancos, la obligación de los mismos de elaborar una especie de testamento que marque los pasos a seguir en caso de crisis y la regulación de las ayudas estatales, que se mantienen a pesar del fondo.