Las dificultades financieras que se han conocido en el pequeño emirato árabe de Dubái golpearon ayer en el corazón del capitalismo mundial. Las bolsas estadounidenses cerraron con pérdidas del 1,48% en el índice Dow Jones tras una jornada festiva (el día de acción de gracias), igual que sucediera 24 horas antes en las plazas europeas.

Dubái, paradigma del nuevo capitalismo desenfrenado, puede tener dificultades para atender algunos de los pagos de su deuda y una de las instituciones más representativas del emirato ha pedido una moratoria de seis meses para recuperarse de la crisis.

Las bolsas europeas, que ya anotaron todas esas dudas en sus índices la víspera, cerraron mayoritariamente en positivo. En ningún caso recuperaron el terreno perdido el jueves. El Ibex 35 español progresó un 1%, menos que otros parquets europeos, que también habían sufrido más recortes al conocer la noticia.

Dubái posiblemente eluda la suspensión de pagos de parte de su deuda gracias a la colaboración del emirato vecino de Abu Dabi. "Como estado soberano no está expuesto a una quiebra, puesto que además tiene la ayuda de Abu Dabi", capital de la Federación de Emiratos Arabes Unidos, explicó Pascal Devaux, economista de BNP Paribas.

El jueves, las grandes plazas bursátiles internacionales se desplomaron unas horas después de conocerse la intención de Dubai World --el mayor conglomerado empresarial del emirato-- de solicitar a los acreedores un aplazamiento de seis meses. Dubái, capital de la desmesura y de los proyectos faraónicos, comprobará cómo su fragilidad financiera puede facilitar a Abu Dabi hincarle el diente.

Capital económica de los Emiratos, Dubái hace sombra a Abu Dabi, que produce en cambio más del 90% del petróleo. "Jamás Abu Dabi dejará caer a los hijos pródigos", indicó un especialista en finanzas islámicas.