El Producto Interior Bruto (PIB) moderó su caída trimestral al 0,3% entre julio y septiembre gracias al menor deterioro que en este periodo registraron el consumo y la inversión, lo que no evitó la pérdida de un 7,2% del empleo en un año, con 1.360.000 puestos de trabajo menos.

Así lo señala hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Contabilidad Nacional del tercer trimestre, que confirma que la caída interanual de la economía fue del 4%.

La demanda interna siguió restando al crecimiento, aunque menos (6,5 puntos frente a los 7,4 del segundo trimestre), porque el consumo aminoró su caída gracias a una "percepción de la economía menos negativa por parte de las familias".

Esto permitió que el gasto de los hogares cayese el 5,1% interanual, frente al 6% registrado en el segundo trimestre.

Por su parte, el gasto de las administraciones públicas siguió creciendo, el 4,9%, aunque en menor medida que en el segundo trimestre, debido a un menor ritmo de las compras públicas de bienes y servicios, así como de la remuneración de sus asalariados.

Mientras, la inversión continuó retrocediendo de forma intensa, el 16,2%, aunque también esta caída fue menor que la del segundo trimestre, del 17,2%.

La inversión más productiva, la destinada a bienes de equipo, continuó siendo la que peor evolucionó, aunque también se moderó cuatro puntos al caer el 24,3%, mientras que la inversión en construcción retrocedió el 11,5% casi igual que en el segundo trimestre.

Prosigue el descenso de la inversión residencial, que fue del 25,5%, por el menor ritmo de la iniciación de viviendas, mientras que la construcción no residencial siguió mejorando gracias al aumento de las obras en infraestructuras, sobre todo la vinculada al tren de alta velocidad y a los ayuntamientos (por el Fondo de Inversión Local).

En cuanto a la demanda externa, sigue siendo la que da una aportación positiva al crecimiento, que en el tercer trimestre fue de 2,5 puntos.

Tanto las importaciones como las exportaciones bajaron menos en el tercer trimestre. Así, las ventas al exterior retrocedieron menos, el 11,1% (frente al 15,1% del segundo trimestre) y las compras cayeron el 17%, frente al 22% anterior.

La estadística del INE muestra por otra parte la actividad de los distintos sectores de la economía, que redujo también su caída.

La actividad industrial, la que más se resintió con la crisis, redujo su caída 1,3 puntos hasta el 14,5%; en la construcción se mantuvo en un retroceso del 6,6% y en los servicios su debilitamiento se estabilizó en una caída del 1,3%.

El empleo, por su parte, descendió al mismo ritmo que en el segundo trimestre, un 7,2%, lo que equivale a la pérdida de 1.360.000 puestos de trabajo a tiempo completo.

Al igual que en los dos trimestres anteriores, el nivel de empleo decreció en todas las actividades, excepto en los servicios de no mercado, en los que aumentó el 2,3%.

Al analizar la evolución de los salarios, se comprueba que éstos decrecieron el 3,4%, aunque también bajó, el 3,3%, el excedente de explotación bruto, en el que se incluyen los resultados de las empresas y de los autónomos.

Por primera vez en la historia de la Contabilidad Nacional, el deflactor del PIB -que mide el nivel de los precios de los bienes y servicios contabilizados en el PIB- fue negativo, en cuatro décimas.