Precaución y optimismo. La bolsa española cierra el mes de julio en máximos anuales. Por encima, incluso, de las expectativas de los inversores, lo que hace temer que antes o después se pueda producir una corrección. Pero frente a las dudas más o menos justificadas parecen imponerse elementos racionales que apuntan a que la tendencia alcista actual aún tiene recorrido. Así, el Ibex 35 llega a agosto con la mayor subida anual entre las grandes plazas en las que cotiza la renta variable, el 18,04%, casi el doble que el mejor índice europeo, el DAX de Fráncfort, que avanza el 10,61% desde principios de año. Ayer, la bolsa española cerró con un mínimo descenso del 0,18%, pero el saldo mensual del Ibex suma otro 10,9%, también por delante de los grandes parquets. Pero el salto de los mercados se produce sin que el dinero haya vuelto a entrar en la renta variable. Los grandes inversores, que disponen de un volumen de liquidez fuera de toda duda, han preferido mantener la prudencia y quedarse, en parte, fuera de los mercados. Así, cabe señalar que los inversores institucionales van por detrás de la subida. Cuando se alcancen de nuevo las medias históricas habrá un nuevo tirón.

Hace un año, los tipos de interés oficiales estaban al 3,25% y las entidades aún renovaban depósitos a un año incluso al 5%. Los vencimientos de esos depósitos pondrán más dinero en circulación sin la posibilidad de encontrar productos de inversión que garanticen rendimientos similares. En cuanto a la renta fija, el gran volumen de emisiones ha reducido la competencia de los bonos.