Los trabajadores franceses han pasado a una fase radical en la lucha contra los despidos a bajo coste. Amenazan con hacer volar los equipos de sus empresas si las indemnizaciones son mucho más bajas de lo reivindicado. Así, 53 asalariados de la fábrica de carretillas elevadoras JLG de Tonneins y Fauillet, en Burdeos, que se van a ir al paro, han obtenido entre 25.000 y 30.000 euros más que la indemnización prevista por la ley. La empresa ofrecía 16.000 euros y el comité de empresa pedía 50.000.

Los asalariados habían dispuesto en el aparcamiento cuatro carretillas junto a maderas y bombonas de gas. Su valor estimado era de 250.000 euros.

TRES SEMANAS DE HUELGA "Nos hemos dado cuenta de que el resultado se ha obtenido gracias a eso", dijo el secretario del comité de empresa, Christian Amadio. El acuerdo fue posible tras una reunión de más de siete horas y después de tres semanas de huelga.

Este no es único caso parecido surgido en Francia este mes. Los trabajadores de la firma de telecomunicaciones canadiense Nortel Network de Ch teaufort, al oeste de París, tenían preparadas 11 bombonas de gas para hacerlas explotar si no se atendía a sus reclamaciones. Medio millar de empleados, de un total de 680, se van a la calle, y la totalidad, si esta filial francesa no encuentra comprador antes del 19 de agosto. El ministro de Industria, Christian Estrosi, se desplazó el miércoles a la fábrica después de que los trabajadores retiraron las bombonas porque también consiguieron una reunión en París con el administrador inglés de la empresa.

El conflicto más enconado se vive en Ch tellerault, cerca de Poitiers, donde los 366 asalariados de New Fabris, una factoría de piezas de automóvil que nutre a Renault y Peugeot, protestan por la forma en que se lleva a cabo su liquidación judicial. Con una media de edad de 49 años y de 25 en la empresa, los trabajadores exigen una prima de indemnización de 30.000 euros. Y han situado bombonas en el tejado de la fábrica, con un ultimátum que termina el 31 de julio. Aunque las autoridades dicen que las bombonas están vacías, los trabajadores quemaron esta semana una máquina de 1,2 toneladas.

Estas acciones no son raras en Francia. En primavera, se sucedieron incluso varios secuestros de directivos.