JP Morgan consiguió que el rally bursátil se prolongara ayer. Sus buenos resultados --el beneficio ha crecido por primera vez desde el 2007-- eclipsaron el mal dato de la Reserva Federal de Filadelfia, una de las importantes citas macroeconómicas del día. Los inversores se resistieron a sucumbir a la tentación de recoger beneficios tras dos sesiones de fuertes subidas y todos los índices cerraron al alza. El Ibex, que logró un nuevo récord anual, llegó incluso a romper la resistencia de los 10.000 puntos, aunque no la consolidó tras repuntar solo el 0,93%, con un destacado volumen de contratación: 4.576 millones.

Antes de que la entidad americana se confesara con el mundo, el fabricante finlandés de teléfonos móviles Nokia presentó unos resultados malos y por debajo del consenso de mercado. Su beneficio hasta junio se desplomó el 78,4% y las ventas bajaron el 24,6% en medio de previsiones de caída del 10% en el mercado mundial de telefonía móvil. Además, Sony Ericsson perdió 213 millones de euros en el segundo trimestre y su facturación se desplomó el 40%. Las cuentas de ambos operadores no fueron precisamente buenas, pero coincidieron en el tiempo con las de JP Morgan, por lo que el mercado no se puso nervioso, pero el fabricante finlandés se llevó un duro castigo y retrocedió el 14%.

Tras la batería de datos empresariales, se esperaba el dato de peticiones semanales de subsidio por desempleo en Estados Unidos. Esta variable es ahora clave para los inversores, que tratan de cuantificar el deterioro real del mercado laboral. Y lo cierto es que salió bastante mejor de lo esperado.

En el mercado español, los máximos del Ibex deben atribuirse a la evolución de Mapfre, Popular, BME, OHL, Gamesa, Inditex, Banesto y BBVA, los mejores valores de la sesión. Además, entre los grandes, Iberdrola (+0,18%) y Repsol (+0,43%) mostraron el tono más discreto, y por la parte baja, la peor parte se la llevó REE, con una caída del 0,5%.