La nueva tarifa de la luz, la denominada tarifa de último recurso (TUR), se estrenará mañana, con la entrada en vigor de la liberalización total del sector eléctrico, con un aumento del 2%. Este nuevo precio regulado, que se convierte con el nuevo marco regulatorio en sustituto de la tarifa integral y en el refugio de los usuarios que no quieran suscribir contratos en el mercado libre, supondrá un alza media de 70 céntimos mensuales en la factura, según el Ministerio de Industria.

Aunque los costes de producción se han reducido con respecto al año pasado, al final se ha optado por una subida porque "tampoco el año pasado aumentaron las tarifas todo lo que tendrían que haberlo hecho", afirmaron fuentes oficiales. Es la manera por la que el titular de Industria, Miguel Sebastián, ha optado para cambiar el sistema anterior. Con el mismo, creado en la etapa del PP, las distribuidoras eléctricas han acumulado un déficit por la diferencia entre los costes y los ingresos que supera los 14.000 millones de euros. En lo que va de año, la luz habrá subido más del 5%. Ahora las distribuidoras dejan de suministrar al cliente final y pasan a hacerlo las comercializadoras de último recurso (CUR), que son filiales de las cinco eléctricas (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico y E.ON). La TUR se configura como tarifa refugio para los 24,5 millones de usuarios particulares con una potencia contratada con un máximo de 10 kilovatios (KW), que son la mayoría.

Las cosas sí que varían para más de un millón de pymes y autónomos con una potencia superior a los 10 KW. Dispondrán de 15 meses para seguir como clientes de las CUR. Pero pagarán un recargo trimestral del 5% sobre la tarifa del último recurso, del 20% a partir del 1 de abril del 2010 y, a partir del 1 de septiembre, dejarán de recibir suministro si no han firmado un contrato con una comercializadora.