El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y las organizaciones sindicales denunciaron ayer la campaña de "rumores", "acoso" y "desprestigio" de la que Caja Castilla la Mancha (CCM) ha sido víctima en el último año y que se ha traducido en una fuga de unos 2.000 millones de euros, según CCOO. La salida del 11% de los depósitos totales, sumada a la mala gestión de la entidad, hizo inevitable la intervención por parte del Estado, el domingo, para garantizar su funcionamiento y dar seguridad a los depositantes y los acreedores de la caja.

Había gran temor al día después , pero en las oficinas de CCM no hubo colas ni aglomeraciones de clientes exigiendo el reembolso de sus ahorros. "Sí ha habido retirada de fondos; algo más que otros días, pero el problema es que llevamos así año y medio", se quejaba un empleado de una oficina de CCM en Toledo.

El peor momento fue la semana del 16 al 23 de febrero, justo después de que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, impusiera a los consejeros de la entidad designados por su partido abandonar su puesto en protesta por la "falta de transparencia" en el intento de fusión de CCM con Unicaja.

EL PP, EN EL PUNTO DE MIRA El secretario general de banca de CCOO en Castilla-La Mancha, Fernando Botica, y miembro del comité de empresa de CCM, cifra en 2.000 millones la retirada de fondos en un año. Esa cifra representa más del 11% de los depósitos totales. Y es que no es casualidad que el vicepresidente Solbes haya situado "entre 2.000 y 3.000 millones" la necesidad de liquidez de CCM.

También el presidente Barreda denunció "una campaña de descrédito, de acoso y derribo de algunos sectores" y, aunque no señaló expresamente al PP, María Dolores de Cospedal se mostró indignada por tal denuncia. De Cospedal se refirió al proceso de intervención del Estado en CCM con términos como "ocultismo y falta de transparencia", "tremenda falta de responsabilidad de Zapatero" y hecho de "excepcional gravedad", por lo que pidió una investigación en las Cortes regionales. Zapatero se refirió ayer a la intervención del Banco de España en CCM como un hecho de "importancia relativa", ya que su peso en el sistema financiero español es del 0,8%.

MALA GESTION La fuga de depósitos ha complicado la liquidez de una entidad que, sobre todo, acusa graves problemas de gestión, relacionados con su fuerte exposición al sector inmobiliario y con algunas controvertidas inversiones empresariales (como la del aeropuerto de Ciudad Real). Por eso, además de inyectar liquidez (con un aval del Tesoro de hasta 9.000 millones de euros), el Banco de España ha optado por destituir al presidente de la entidad, Juan Pedro Hernández Moltó, y a todos los administradores. El subgobernador del organismo, José Viñals, se mostró ayer "completamente de acuerdo" con la intervención, alejando así los comentarios que atribuyen a discrepancias su próximo abandono de la entidad, para ocupar un alto cargo en el FMI.

Los tres inspectores del Banco de España que se han hecho cargo de la gestión empezaron ayer a ejercer sus funciones. Desde un punto de vista patrimonial, la entidad es "solvente", como reiteró el domingo Solbes. Su activo es superior a su pasivo. Pero el capital regulatorio de la entidad --la relación entre el capital básico y los recursos propios ponderados por el riesgo asumido-- no alcanza el 8% que fijan las normas de Basilea.