El ministro de Finanzas británico, Alistair Darling, intentó ayer calmar las especulaciones sobre una posible nacionalización de Lloyds Banking Group, que han arreciado después de conocerse los malos resultados del banco británico. "He dejado muy claro que los bancos en el sector comercial funcionan mejor en manos privadas", señaló el ministro en Roma, donde asiste a una reunión de los responsables de finanzas del G-7. Darling, sin embargo, no descartó que pueda producirse la nacionalización completa del banco.

El Estado británico posee en la actualidad el 43% de las acciones de Lloyds, que el pasado viernes perdió casi un tercio de su valor. Esta caída se produjo como consecuencia de la fusión de Lloyds con la entidad HBOS (Halifax, Royal Bank of Scotland), cuyas perdidas durante el año 2008, y conocidas ahora, alcanzaron 11.214 millones de euros, una cifra récord en la historia de la banca británica, que supone más del doble de lo que se había esperado. Así las cosas, se han disparado los rumores sobre un posible aumento de la participación del Estado o incluso de la nacionalización del banco.

FUSION DESASTROSA El responsable de economía del partido conservador, Kenneth Clark, acusó al Gobierno de Gordon Brown de haber fomentado el pasado otoño una fusión "desastrosa", "que nunca debió producirse". Lloyds TSB era, antes de fusionarse con HBOS, un banco aburrido, estable, que no había hecho tonterías, afirmó.

Los analistas también consideran que el Gobierno debía haber cortado por lo sano, nacionalizando la entidad.