"Si los ciudadanos introducen el factor España en sus elecciones de consumo, el PIB y el empleo no se verán afectados, pese a la caída en 7.000 millones en el consumo". Este es el argumento que utilizó ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián, para pedir a la población que, sin gastar más, sustituyan este año 150 euros que ahora destinan a productos y servicios extranjeros por sus equivalentes españoles.

La medida, defendió, permitirá que la caída del 1,5% prevista en el consumo no destruya 120.000 empleos. Sebastián afirmó que no es una iniciativa proteccionista, porque no pone trabas a las importaciones, y destacó que el país tiene un déficit exterior mucho mayor que el resto de miembros de la comunidad.