El secretario de Estado de Economía, David Vegara, reconocía ayer que el principal protagonista del aumento del paro es el ajuste de la construcción. No concretó más, pero un análisis de los indicadores de la actividad del sector apunta a que este proceso de ajuste no está ni en la mitad, y que las consecuencias sobre el empleo van a ser peores, porque no hay relevo para las obras que se están acabando.

Entre julio del 2007 y junio del 2008 todavía se finalizaron, según las cifras oficiales, 640.376 viviendas, la mayor cifra en un periodo de 12 meses de todos los años del boom inmobiliario. Es la consecuencia del largo periodo de maduración que tiene una obra, con una media de dos y tres años entre que se visa el proyecto por parte del arquitecto hasta que se certifica el final del piso. El récord de viviendas acabadas hasta junio es el resultado de los inicios de las obras en plena euforia constructora.

SIN CONTINUIDAD Pero la cifra de finales de obra contrasta con la caída espectacular de los inicios (que marcan la actividad a corto plazo) y de los proyectos (que dibujan la tendencia a medio plazo). Los primeros han caído un 48,4% en un año, lo que, traducido en pisos, quiere decir que en los últimos 12 meses se han iniciado 458.478 viviendas menos que un año antes. Y de cara al futuro, la situación todavía es peor, porque los proyectos de los arquitectos registran un descenso del 51,6% en el mismo periodo. Un especialista del sector apuntaba ayer que la crisis de la construcción residencial, a menos que se haga una política pública con medidas muy contundentes, durará entre cuatro y cinco años.

Las grandes promotoras agrupadas en el llamado G-14 apuntaban que, de cada vivienda en construcción, dependen unos 10 empleos. Otras fuentes son más moderadas y cifran en cuatro los empleos por piso y año. En cualquier caso, lo que está claro es que el gran desequilibrio entre los pisos que se acaban y los que se inician dejará sin empleo a varios centenares de miles más de trabajadores del sector de la construcción en el próximo año.

De septiembre del 2007 a septiembre del 2008 se han destruido 354.000 empleos, y la cifra de parados del sector ha aumentado en 250.000. Por lo tanto, unas 100.000 personas se han podido recolocar, se han jubilado o, en caso de ser inmigrantes, han vuelto a su país.