La Confederación de Sindicatos Europeos (CSE) no quiere que los trabajadores acaben pagando la crisis financiera. Los agentes sociales reclamaron ayer a las instituciones europeas que, a pesar de admitir las necesarias medidas para paliar la crisis bancaria, no se olvide "la economía real" y las políticas de empleo. En sus peticiones se argumenta que los ciudadanos "no entenderían" que todo el esfuerzo se concentrara en el sistema financiero. La cumbre social tripartita, en la que están representados sindicatos, patronales y la Comisión Europea, se comprometió a buscar "soluciones concretas a la inquietud de empresas y trabajadores" para que estos no sean los perjudicados.

El primer ministro francés, François Fillon, que presidió la cumbre de carácter social, afirmó que el empleo debe ser "una de las prioridades", con lo que expresó su deseo de poner en marcha la nueva agenda europea que se presentó en julio. Entre los compromisos pendientes figuran la revisión de la directiva sobre los comités de empresa europeos; la promoción de la flexiguridad y la movilidad y la reflexión sobre la evolución del fondo europeo de adaptación a la globalización. La cumbre no olvidó afrontar las consecuencias económicas y sociales del cambio climático. Fillon apoyó crear un comité consultivo que analice el efecto de los cambios en el ámbito laboral.