"Ha quedado patente que EDF no es bienvenida ni política, ni social, ni territorial, ni accionarial, ni sindicalmente". Este es el mensaje con el que Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, proclamó ayer su intención de plantar cara en todos los frentes a la eléctrica francesa, que estudia desembarcar en la española después de las elecciones.

La empresa francesa pretende tratar su entrada en España con el próximo Ejecutivo. Sánchez Galán se mostró confiado en que no le será fácil: "Ha habido señales bastante claras: el Gobierno sabrá defender los intereses de España y los españoles, como hacen otros países".

Galán aprovechó el carácter público de EDF para atacarla. "En su mentalidad están los intereses geopolíticos, no los empresariales: al presidente lo nombra el presidente de la República", recordó. "El Gobierno francés no pierde demasiado el tiempo: Francia es para los franceses, y el resto, también", apostilló. También atacó a ACS, su principal accionista (12,9%), que ha contactado con EDF: "En vez de crear estabilidad, ha creado inestabilidad".