Aviación Civil, organismo dependiente del Ministerio de Fomento y responsable del control del servicio de transporte de pasajeros, adoptará "medidas relevantes" si la crisis bursátil y de confianza que está atravesando la aerolínea Vueling "llega a afectar a los usuarios". Con estas palabras se expresó el secretario general de Transportes, Fernando Palao, el miércoles por la noche en Palma de Mallorca, aunque reconoció acto seguido que por ahora no le consta ningún problema en el servicio.

En todo caso, Palao explicó que Aviación Civil mantiene un seguimiento de la evolución financiera de la empresa dadas las últimas noticias al respecto. Con estas declaraciones, el ministerio se cura en salud para evitar críticas de pasividad ante posibles problemas en el futuro, como le ocurrió con la crisis de Air Madrid, aunque ayer reconocía que Vueling no tiene ningún problema en su actividad de transporte. La propia empresa y también AENA corroboraron que el servicio a los pasajeros se mantiene invariable.

A pesar de las manifestaciones de Palao, las acciones de Vueling frenaron ayer su caída y se estabilizaron al cierre en el mínimo de 8 euros, aunque durante la sesión llegaron a ganar un 9%.

La aerolínea, participada actualmente por la familia Lara, un conjunto de cajas de ahorros y sus dos fundadores, Carlos Muñoz y Lázaro Ros, acumula una pérdida del 75,5% de su valor en bolsa en lo que va de año. La caída se aceleró desde la marcha del fondo Apax Partners del capital y la dimisión del presidente Josep Miquel Abad y otros representantes del grupo Lara en el consejo. En un intento de demostrar confianza en la empresa, el consejero delegado, Carlos Muñoz, y el director general, Lázaro Ros, aumentaron su participación el pasado 19 de septiembre, con una inversión conjunta superior a los 300.000 euros, que ayer valía ya solo 194.760 euros. En dos semanas, Muñoz acumula unas minusvalías de 108.400 euros.