El Banco Central Europeo (BCE) descartó ayer que la apreciación del euro con relación al dólar pueda convertirse en un riesgo potencial para el futuro crecimiento de la economía en la eurozona y mantuvo los tipos básicos de interés en la eurozona en el 2,0% en la primera reunión del año del consejo de gobierno. La institución europea no cedió así a las presiones provenientes, sobre todo, de Alemania para reducir el precio del dinero y permitir un descenso de la cotización de la moneda.

"El impacto negativo de la reciente subida del euro en la competitividad de las exportaciones del área debe ser compensado por la expansión de la demanda", dijo ayer en Fráncfort el presidente del BCE, el francés Jean- Claude Trichet. Su comentario hizo que el cambio de la moneda se moviera al alza en el mercado, hasta los 1,275 dolares.

MEJORA DE LOS INDICADORES El responsable de la política monetaria europea se mostró convencido de que la recuperación de la actividad económica mantiene su curso y mencionó que "los indicadores recientes disponibles confirman que progresa el crecimiento mundial, también el de la zona euro". Trichet se refirió a los más recientes datos de producción y confianza empresarial, principalmente en Alemania, donde se aprecia una positiva continuidad. Además, espera que el ritmo de crecimiento económico tienda a intensificarse a lo largo del año.

"Aunque los movimientos recientes en los tipos de cambio pueden tener efectos negativos en las exportaciones del área euro, el crecimiento de la exportación debería continuar beneficiándose de la expansión de la economía internacional", comentó el presidente del BCE en rueda de prensa.

El otro argumento esgrimido por el BCE para dejar los tipos de interés en su nivel actual del 2% es que los precios en los 12 países que comparten la moneda única se mantendrán a medio plazo alrededor del 2%. El índice armonizado de precios de consumo (IAPC) se situó en diciembre en el 2,1%, según las últimas cifras de la oficina de estadística, Eurostat. La evolución negativa de los precios de los alimentos y la subida del petróleo, así como el incremento de los impuestos indirectos, han repercutido de forma perjudicial sobre las perspectivas a corto plazo para la inflación.

LA PREOCUPACION Trichet no dio respuesta a las preocupaciones del comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, quien llegó a decir que la fortaleza del euro "puede suponer en breve un peligro para la economía de la eurozona".

El BCE desoyó las peticiones del ministro alemán de Economía y Trabajo, Wolfgang Clement, quien exigió una política monetaria más activa. "Si se quiere tener en cuenta la situación coyuntural, habría que pensar en una bajada de los tipos", precisó. En la misma dirección apuntó el banco central alemán, el Bundesbank, cuyo vicepresidente, Jürgen Stark, dijo que la apreciación del euro es un riesgo para Europa.