Rally Sierra Morena

Historia del Sierra Morena | Aquellos chalados en sus locos cacharros

Los 42 años de trayectoria de la prueba automovilística más emblemática de Córdoba

El gobernador Civil, Francisco Javier Ansuátegui, y el secretario de la FAA, Antonio Casal, dando el banderazo de salida a la primera edición del Rally Sierra Morena.

El gobernador Civil, Francisco Javier Ansuátegui, y el secretario de la FAA, Antonio Casal, dando el banderazo de salida a la primera edición del Rally Sierra Morena. / L. Garrido

Luis Fernando Garrido

Córdoba

Caía un sol de justicia sobre la capital cordobesa cuando a las 7 en punto de la tarde de un sábado 7 de julio de 1978, el entonces gobernador civil de Córdoba, Francisco Javier Ansuátegui, escoltado por Antonio Casal, secretario general de la Federación Andaluza de Automovilismo (FAA), daba desde el podio del Paseo de la Victoria el banderazo de salida al I Rallye Sierra Morena, el sueño dorado de un puñado de chalados amantes de las cuatro ruedas que se disponían a competir con sus viejos cacharros en una alocada carrera a través de las sinuosas carreteras de la serranía cordobesa.

Parafraseando el título de aquella mítica y oscarizada película dirigida por el británico Ken Annakin en 1965 “Aquellos chalados en sus locos cacharros”, extrapolada al mundillo de las cuatro ruedas, los sufridos y entusiastas componentes de Escudería Mezquita, tras luchar contra viento y marea, daban el pistoletazo de salida a una prueba netamente cordobesa, que con el paso de los años se ha convertido en auténtico icono y referente del automovilismo nacional.

No resultó tarea fácil en una España que acariciaba la democracia tras un largo período de dictadura franquista. Todo comenzó con la escisión protagonizada por algunos componentes de la Escudería Córdoba -entre los que me encontraba- que no comulgábamos en demasía con los parámetros deportivos que marcaban desde la institución de la Carretera de Alba. La desaparecida Primera del Brillante fue refugio de nuestra rebelión, de nuestro toque a rebato casi en la clandestinidad y que tras numerosas deliberaciones, no exentas de polémica, propiciaba el nacimiento de Escudería Mezquita como una seria alternativa al automovilismo cordobés de los años 70. Como dato curioso, reseñar la visita que en los albores de esta aventura nos realizó en señal de apoyo el mítico Matías Prats Cañete, maestro de periodistas, acompañado de su hijo Matías Prats Jr., que aún sigue al pié del cañón presentando los informativos del fin de semana en Antena-3 TV.

Matías Prats y su hijo en la visita que hicieron a Escudería Mezquita junto a Pedro Pires y Vidal Castro.

Matías Prats y su hijo en la visita que hicieron a Escudería Mezquita junto a Pedro Pires y Vidal Castro. / L. Garrido

Los inicios

Todo este movimiento deportivo en torno al mundillo de los rallyes tuvo su embrión en nuestra ciudad en el seno de la pandilla Los Lobos, un joven y entusiasta grupo de amigos apasionado de las carreras de coches que, a finales de los 60 y principios de los 70, nos recorríamos la geografía española buscando emociones sin límite a bordo de un automóvil de competición. Aquella hornada de colegas encabezada por Manuel Carlos Tévar, alias El Lobo, matriz de esa cuadrilla de locos por el motor, y que conformaban los malogrados Pedro Luis Pires, Álvaro Ferrer y José Manuel Villegas, así como Vidal Castro, Rafael Cejudo, Manuel Pérez-Piñar, Carlos Lizcano, Diego Calderón, Carlos Fernández, José Luis Toril, Rafael Villegas… y un servidor entre otros.

Más tarde se unían a esta pasión colectiva nombres tan notables del automovilismo cordobés como los también malogrados Arcadio Aranda y Manuel Palacios (que perdían la vida en un trágico accidente durante el Rallye de Huelva en 1984), Teo Ibáñez, Luis Barrena, Francisco Palomo, Baltasar Alba, Antonio Ruiz-Pineda (Toti) y Paco L.López, así como José Luis Vilches, Juan Francisco y Rogelio Díaz (a los que se les conocía cariñosamente como los hermanos Tonetti), Helio Tévar, Javier Barrena, Tomás Aranda, Juan Quintela, Andrés Ávila, Antonio Cabezas, Ángel Moyano, Paco Mata, Antonio Cuenca, Manuel Muñoz, Chico Donaire, Rafael Yebras… amén de las féminas Dorothea Boquoi, Ana Barbero e Isabel López -pioneras al volante de un coche de carreras-. Es decir, la Vieja Guardia del cotarro racing cordobés. Y un largo etcétera de colaboradores en la parcela organizativa como Manolo Campos, Paco Serrano, Rafael Sierra, Gregorio Martínez, Carlos Montes, Manolo Cuenca y los malogrados Fernando Castejón, Manuel Iglesias, Juan Capilla y Pepe Miller… que fue engrosando año tras año esta locura imparable por el tufillo a gasolina y aceite de ricino.

Manuel Carlos Tévar, "El Lobo", pionero del automovilismo cordobés, a bordo de su Seat 600 en una prueba de nuestra capital.

Manuel Carlos Tévar, "El Lobo", pionero del automovilismo cordobés, a bordo de su Seat 600 en una prueba de nuestra capital. / CÓRDOBA

Muchos de ellos se encomendaban a los conocimientos mecánicos de un jovencísimo Paquito Juncosa, que por aquel entonces hacía sus pinitos como preparador de coches en el mundo de la competición. Gran parte de los éxitos de nuestros pilotos en esos primeros años venían firmados por la destreza mecánica del ya legendario Francisco Juncosa, que después de 45 años seguía en la pomada colaborando en la organización de la pasada edición del Sierra Morena.

No ha faltado a su cita anual con el SM otro ilustre del automovilismo cordobés como José Luis Toril, el piloto que ha participado en más ediciones de la prueba (32) y que paradógicamente nunca subió al primer cajón del podio, pero dejando siempre -junto a su esposa Petra Boquoi en seis ocasiones- su huella como gran animador de la misma. En 2023, a sus 72 años, sospechamos haber asistido a su despedida del Sierra Morena, según nos confirmó el piloto de Espiel tras llevar a su popular Seat Ibiza de color amarillo a la meta de la 40ª edición de su rallye. Pero como con Toril nunca se sabe, el viejo Coleto volvió a sentarse al volante de un potente Porsche GT3 (500 CV) en la última edición del 2024. Porque como él mismo confesaba: “Tengo el espíritu y la ilusión de un chaval de 30 años”.

El cordobés José Luis Toril es el piloto con más participaciones en el Rally Sierra Morena (32).

El cordobés José Luis Toril es el piloto con más participaciones en el Rally Sierra Morena (32). / Biel Dols Foto Racing

Distintas presidencias

A lo largo de estos 41 años, el Rallye Sierra Morena ha vivido singladuras de toda índole desde sus inicios en 1978 cuando la recién nacida Escudería Mezquita diseñaba el road-bout que marcaría la ruta de las futuras décadas. Los mezquiteros se hicieron cargo de la carrera durante muchos años bajo la dirección de distintos presidentes, que lograron la supervivencia de la prueba en tiempos difíciles. Desde Vidal Castro -que más tarde presidiría la FAA durante un cuarto de siglo- hasta el malogrado Fernando Castejón, pasando por Manuel Pérez-Piñar, Rafael Cejudo y Antonio Cuenca, todos los mandatarios desde el legendario rincón racing de la calle Haza no cejaron en su empeño de elevar al Sierra Morena hasta el cenit del automovilismo nacional, derrochando ilusión, entusiasmo, trabajo, esfuerzo y sacrificio -en alguna ocasión incluso rascándose el bolsillo-, para que el buque insignia del deporte cordobés llegase a buen puerto. Hoy, tras esos 41 años de navegación, podemos confirmar que la singladura sierramorenil arriba cada año con éxito a tierra firme.

Antonio Cuenca, Manuel Pérez-Piñar, Rafael Cejudo y Vidal Castro, expresidentes de la Escudería Mezquita.

Antonio Cuenca, Manuel Pérez-Piñar, Rafael Cejudo y Vidal Castro, expresidentes de la Escudería Mezquita. / L. Garrido

La Infanta Cristina, presidenta de Honor

El año 1989 el Sierra Morena vivió un significado especial ya que S.A.R. la Infanta Cristina de Borbón presidió por primera vez el Comité de Honor de la XII edición de la prueba cordobesa de carácter internacional, ostentación protocolaria a la que accedía bajo la delegación de su padre el Rey Juan Carlos I, haciendo realidad el deseo de Escudería Mezquita de contar con algún miembro de la familia real en su cuadro de honor.

Como anécdota curiosa, en esa duodécima edición el entonces concejal de deportes del Ayuntamiento de Córdoba, Marcelino Ferrero, señaló solemnemente en la presentación del SM que “a la organización del rallye sólo le falta la colaboración de la Armada Española”, en alusión al gran despliegue acreditado por las fuerzas del Ejército de Tierra, Guardia Civil, Cruz Roja, Bomberos y Protección Civil que velarían por el buen desarrollo de la prueba cordobesa para clausularla sin ningún tipo de incidentes.

La Infanta Cristina y su dedicatoria al Rally Sierra Morena.

La Infanta Cristina y su dedicatoria al Rally Sierra Morena. / CÓRDOBA

Tiempos difíciles

No todo fueron parabienes en la historia del Sierra Morena, que en el año 1998 desaparecía de la escaleta automovilística por diferentes motivos, principalmente de índole económico y de organización interna. Escudería Mezquita perdía la puntuabilidad para el Campeonato de España de Rallyes y echaba el cierre. A partir de ahí, un grupo de chavales amantes del motor, bajo las siglas de la nueva escudería Rall Racing, presidida por Rafael López, resucitaba la carrera cordobesa en el año 2004.

Cuatro años después, amparándose en una nueva reestructuración de la mencionada escudería, nacía el Automóvil Club de Córdoba, que bajo el mandato de un joven Manuel Muñoz Romero -de casta le viene al galgo- se hacía con las riendas de la organización del rallye cordobés, logrando que en la 30ª edición revertieran los puntos para el título nacional de la especialidad. Un coeficiente máximo que no ha perdido en los dieciséis años consecutivos que el Sierra Morena inscribe su palmarés entre la élite nacional de los rallyes. No en vano, la carrera andaluza logró colarse durante un lustro en el Trofeo Europa, rematando la faena en la 40ª edición con su inclusión en el Tour European Rally.

Nombres ilustres del automovilismo

Las vertiginosas carreteras de nuestra Sierra Morena y el asfalto de tramos míticos como Trassierra, Ermitas, Obejo, Cerrobejuelas, Villaviciosa, Los Villares, Posadas o Pozoblanco han sido testigos de la presencia de la flor y nata del automovilismo español, que año tras año ha evidenciado su talento y su pericia al volante de un vehículo de competición, haciendo las delicias de los tiffossi al negociar las paellas y horquillas de los tramos con absoluta maestría -pie en la tabla y nervios de acero-. Y derrapando sobre el asfalto como si de una pista de patinaje se tratase, amén de volar literalmente en rasantes como los de Montoro o Cerrobejuelas tratando de inmortalizar la foto inverosímil.

Teo Ibáñez y Juande Jiménez, ganadores de la 1ª edición, en una trazada con su Seat 124-FU.

Teo Ibáñez y Juande Jiménez, ganadores de la 1ª edición, en una trazada con su Seat 124-FU. / L. Garrido

A la memoria me vienen nombres tan ilustres como Carlos Sainz -a la postre, bicampeón mundial de rallyes-, Antonio Zanini, Jorge de Bragation, Genito Ortiz, Salvador Serviá, Marc Etcheberts, Beny Fernández, Juan Carlos Oñoro, Pep Bassas, Carlos Piñero, Borja Moratal, Guillermo Barreras, Jesús Puras, Jaime Azcona… así como los andaluces Teo Ibañez, José Luis Vilches, Francisco Palomo, Enrique y Ricardo Villar, Paco López Carrasco, J.A.Tobaruela, Rafael Palomares, Luis Rueda, J.A.Canovaca, Rafael Martínez Saco o el propio José Luis Toril como los más destacados en el palmarés del Sierra Morena.

Empero, a la hora de reseñar el ranking de victorias en la prueba cordobesa, el valenciano Miguel Fuster se lleva la palma firmando cuatro triunfos (1998, 2012, 2015 y 2018), seguido del gallego Sergio Vallejo con tres (2009, 2011 y 2014) y por delante de Carlos Sainz (1986 y 1988), Borja Moratal (1987 y 1996), Rafael Martínez Saco (2004 y 2005) y Pepe López (2019 y 2022), estos últimos con dos scracht finales en el rallye cordobés.

Carlos Sáinz, ganador de dos ediciones del rally, arropado por cientos de aficionados en una curva de Las Ermitas.

Carlos Sáinz, ganador de dos ediciones del rally, arropado por cientos de aficionados en una curva de Las Ermitas. / CÓRDOBA

Evolución de la prueba

Difícil resultaba vaticinar en sus orígenes que el Sierra Morena llegase a alcanzar tamaña dimensión internacional, cimentada esencialmente en diversos factores que han encumbrado a la prueba cordobesa a parámetros insospechados en sus cuatro décadas de existencia.

Uno de esos factores ha sido indudablemente el apoyo recibido por la afición local, que se ha mostrado impasible ante cualquier adversidad para inundar nuestra serranía de  incondicionales, que han sido testigos privilegiados de la destreza de cientos de chalados al volante de sus locos cacharros. Y no solo la afición cordobesa disfrutó de las excelencias de este singular rallye, sino que a medida de sumar consistencia en el mundo del motor a nivel nacional, se ha visto arropado por la afición española y por miles de amantes de las cuatro ruedas llegados allende nuestras fronteras.

Así lo acredita el baremo establecido en el informe elaborado por la Universidad de Córdoba sobre el rallye cordobés en su 40 aniversario, que cifraba en más de 127.000 los seguidores del mismo, de los cuales 40.000 eran turistas llegados desde diversos puntos de la geografía continental. Asimismo, ese estudio confeccionado por la UCO arrojaba un notable impacto socio-económico del rallye superior a los 10 millones de euros, lo que certifica la importante incidencia de la prueba en la economía cordobesa.

Crónica de la quinta edición del Rally publicada en Diario CÓRDOBA y firmada por el autor de este artículo.

Crónica de la quinta edición del Rally publicada en Diario CÓRDOBA y firmada por el autor de este artículo. / CÓRDOBA

Otros factores que se derivan del éxito del Sierra Morena corresponden al apoyo  institucional -tanto autonómic0 como provincial y municipal-, de los medios de comunicación, así como del tejido empresarial cordobés que han venido amparando el desarrollo de la prueba desde sus inicios, amén del trabajo acreditado por los distintos organizadores de la prueba (Escudería Mezquita, Rall Racing y Automóvil Club de Córdoba), que han dado lustre a la considerada en la actualidad como la mejor carrera del Súper Campeonato de España de Rallyes (SCER).

En ese sentido, habría que reseñar la constante evolución del SM a lo largo de estos 41 años, que iniciaba su andadura en 1978 con un presupuesto de 2 millones de las antiguas pesetas para superar los 400.000 euros en la última edición. Y de las 250 personas inmersas en la organización interna del rallye en su nacimiento se ha pasado a las más de 600 involucradas en la 41ª edición.

Dos cronometradores de las primeras ediciones anotan datos en el carnet de ruta de uno de los participantes del Rally Sierra Morena.

Dos cronometradores de las primeras ediciones anotan datos en el carnet de ruta de uno de los participantes del Rally Sierra Morena. / CÓRDOBA

En el apartado tecnológico y deportivo, el SM evolucionó, como es lógico, al unísono de los tiempos. De los cronos registrados casi de forma artesanal por la Unión de Radioaficionados (URE) y portados en motocicleta desde los tramos al centro de datos del rallye por los miembros del Club de Motos de Almodóvar del Río entre otros, se pasó al cronometraje por célula fotoeléctrica y a la eficacia e inmediatez de la red Internet para conocer los registros en tiempo real, amén de gestionar y controlar toda la infraestructura interna de la carrera. Y de la primera victoria certificada por el cordobés Teo Ibáñez al volante de un vetusto Seat 124 FU-10 se ha pasado al triunfo del asturiano Diego Ruiloba a bordo de un potente y sofisticado Citroën C3 Rallye-2 en la última edición, con la lógica y considerable rebaja en los scracht de los tramos cronometrados.

Los medios, fundamentales

Sin lugar a dudas, los medios de comunicación han jugado un papel fundamental en el devenir del Sierra Morena. Y desde las primeras crónicas a página completa que tuve el privilegio de firmar en el Diario CÓRDOBA -por aquel entonces único periódico existente en nuestra capital- y de nuestras pioneras retransmisiones en directo del rallye a través de la Cadena SER, se ha pasado a la emisión en vivo en RTVE de la prueba cordobesa, amén de contar con el arrope de innumerables medios -escritos, radiofónicos, televisivos y digitales- que han contribuido con su cobertura periodística a la espectacular evolución registrada por el SM en estos ocho lustros de vida.

Luis Fernando Garrido entrevistando al catalán Pep Bassas, ganador de la 12ª edición del Rally Sierra Morena, para la cadena SER.

Luis Fernando Garrido entrevistando al catalán Pep Bassas, ganador de la 12ª edición del Rally Sierra Morena, para la cadena SER. / Joan Aymami

No quisiera finalizar este humilde repaso a los 41 años de vida del Sierra Morena sin resaltar el innegable trabajo desplegado por los componentes de las tres escuderías que han organizado esta singular carrera automovilística, en especial en estos últimos años al Automóvil Club de Córdoba, que ha elevado la categoría de nuestro SM a metas insospechadas y que en la edición de 2024 aprobó con nota la inspección de la FIA para su inclusión en 2025 en el Campeonato de Europa de Rallyes (ERC). ¡Ahí es nada!

Por último, mi sincero reconocimiento a esa legión de chalados que al volante de sus locos cacharros nos deleitaron con su pericia por las tortuosas rutas de la serranía cordobesa durante cuatro décadas. En mis tímpanos aún resuena aquella fascinante cantinela que se cantaba desde el habitáculo derecho del coche y que tuve la oportunidad de vivir durante algunos años: “Izquierda media 3, seguida de derecha cortando, más puente, recta 300 metros, fondo total 5ª más rasante, ojo salida con gravilla…” ¡Uf! Los pelos de punta. ¡Qué tiempos aquellos!

Pues, que siga la fiesta. ¡Viva el Sierra Morena! Por muchos años.

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