El Córdoba Futsal fulmina al Levante y se aferra a la salvación

El sentido del deber le llevó a conseguir lo que buscaba. El Córdoba Futsal tenía en Paterna la llave para salir de su complicada situación en la Primera División. Se comportó exactamente como requerían las circunstancias, sin torcer el gesto pese a los momentos de dificultad -que los hubo- y dando respuesta a los contratiempos con madurez y solvencia. En un minuto de efectividad formidable se colocó con el partido de cara (0-3) y después supo hacerse fuerte. Al colista Levante lo dejó noqueado. Después de cinco meses sin vencer lejos de Vista Alegre y sin poder contar con Saura, su máximo goleador, el equipo de Josan González se anotó su mejor registro ofensivo en la máxima categoría y dejó resuelta la permanencia. Su salto en la tabla le permite abordar el final del campeonato con cierto aire de reivindicación. Pudo y debió ser mejor, pero fue lo que fue.

Cinco minutos frenéticos

Al minuto de juego, los blanquiverdes tragaron saliva tras una acción en la que un balón rematado en carrera por Rafa Usin le pasó bajo las piernas a Fabio Alvira, que finalmente se hizo con él. Los azulgranas salieron con el ardor que se podía presuponer a un equipo que se juega la permanencia en casa. Con mucha gente en el pabellón y un clima de angustia generalizada, el equipo anfitrión apretó desde el arranque, acogotando a un Córdoba que las veía venir. Era lo que tocaba. Fabio tuvo que intervenir en varios disparos lejanos, que no suponían un serio peligro pero sí eran una advertencia y una declaración de intenciones: el Levante iba, como no podía ser menos, a por todas. Ese escenario duró poco. 

El Córdoba no se quedó en el amago y en su primera incursión marcó gol. Lo hizo Lucas Perin, su jugador más en forma. El brasileño de deshizo de su marcador con un sutil quiebro y batió a Fede con un latigazo raso. Lo celebró bailando en la cancha mientras todos en Paterna se echaban las manos a la cabeza. Lo mejor para los de Josan estaba por llegar. Zequi, en un tiro esquinado, hizo pronto el 0-2 y apenas unos segundos después, con el Levante desnortado, Muhammad puso el mejor final a otra brillante jugada de Perin. Carlos Márquez pidió tiempo muerto ante la contundencia del marcador: 0-3 a los cuatro minutos.

El Levante se quedó helado ante el apabullante arranque de un Córdoba concentrado y activado como nunca, estimulado por el éxito de su propuesta y por ver algo desacostumbrado en este curso: los planes le salían bien con todas las consecuencias.

Los blanquiverdes habían creado el escenario y eran protagonistas, dominando la situación ante un Levante que hacía lo que buenamente podía dadas sus circunstancias: atacar con riesgos y prisa. Llegaba a la meta de Fabio, pero el Córdoba mantenía el orden y le replicaba con salidas a la contra que alteraban el pulso levantino. El portugués Miranda dio algo más de brío al Levante, pero nadie podía con un desatado Lucas Perin, que inspiró a sus compañeros. Jesulito tuvo el cuarto, pero su disparo se estrelló en la espalda de Antoniazzi. 

La reacción local

La más clara del Levante estuvo en los pies de Pedro Toro, que se escapó de la vigilancia de Zequi con habilidad por la línea de fondo y trató de colocarla con una picada ante la salida desesperada de Fabio, que la desvió con el brazo. El Córdoba se sostenía con garbo y prestancia, sin perder el sitio ante el ataque local. Perin sacó de cabeza en la línea un disparo de Marc Tolrá, pero Fabio no pudo detener el tiro cercano de Roger tras una acción a balón parado en la que se detectó cierto despiste blanquiverde. El 1-3 hizo que en el pabellón se elevara la atmósfera, con el clásico cántico de "sí se puede" atronando en la megafonía.

Fabio sacó la pelota en tiros de Antoniazzi y Roger en la fase más lucida de los granotas. La presión era insistente y el fruto llegó con el 2-3, marcado por Rafa Usín en un lanzamiento desde lejos que sorprendio a Fabio. Josan Pidió tiempo muerto. Quedaban dos minutos y medio para el final de una primera parte trepidante. Los cordobesistas resistieron sin más daños antes de llegar al intermedio.

La adaptación al medio

La puesta en escena fue de intensidad controlada por parte de ambos equipos en la reanudación. Nadie estaba dispuesto a enseñar el cuello ni desmelenarse si no era estrictamente necesario. Al Levante se le complicó la cuestión cuando su portero, Fede Pérez, tuvo que retirarse lesionado para dejarle el sitio al joven Raúl. Lucas Bolo lo probó rápido con un disparo lejano que le exigió una certera intervención. Con lo que no pudo fue con el talento cordobesista en una acción desde la esquina de Pablo Del Moral, con dejada de tacón de Perin a su compatriota Viana para que fusilara la meta local haciendo el 2-4. El duelo se volvía a calentar.

El Córdoba, más entero, se esforzaba por no perder la compostura ante un Levante cada vez más tensionado, pero se encontró con un problema: Ismael detuvo de forma impetuosa una internada de Roger y el árbitro le enseñó la tarjeta roja. Los de Josan tenían por delante dos minutos en inferioridad y se dispusieron a acorazar la meta de Fabio. El madrileño le hizo un paradón a Jamur y acto seguido, Del Moral no culminó una vaselina tras una contra. Después de hacer los deberes en defensa, la recuperación del equilibrio trajo consecuencias de inmediato. Zequi le robó en la zona de medios la pelota a Marc Tolrá, progresó y soltó un zapatazo que se clavó en la red. El 2-5 volvió a hacer el silencio en Paterna.

Carlos Márquez solicitó tiempo y optó por colocar al portero-jugador a falta de nueve minutos. ¿Y que ocurrió? Fabio Alvira marcó desde su portería el sexto para los blanquiverdes, echando sal en la herida abierta de un Levante definitivamente descompuesto. A cuatro del fin acortó distancias Rafa Usín y el ala madrileño volvió a hacer puerta con 120 segundos por delante. No sucedió nada más. Los gritos de júbilo y abrazos entre los blanquiverdes contrastaban con la desolación general en Paterna, que salvo un milagro será cancha de Segunda.

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