Las distracciones de Tchouaméni y el plan de Ancelotti para recuperarle

Corría el minuto 58 de partido de vuelta de los cuartos de final contra el Chelsea. Los ingleses avasallaban al Madrid y Kanté acababa de fallar la segunda ocasión clara de la que dispuso. Entonces Ancelotti decidió no esperar más. Llamó a Nacho y a Tchouaméni, que calentaban en la zona habilitada en Stamford Bridge, al fondo de la banda donde se encontraba el banquillo del Madrid. El canterano esprintó para llegar rápido a la llamada de su entrenador y el francés acudió al trote. Al llegar cogió una botella tranquilamente mientras el Madrid montaba una contra en la que Rodrygo ganaba la espalda a la zaga rival. Nacho ya estaba listo para entrar cuando el brasileño ponía el cero a uno en el marcador. Tchouaméni ni siquiera se había comenzado a cambiar. 

Los cambios se dilataron unos minutos finalmente. Y cuando le tocó el turno a Aurélien, Chendo tuvo que acudir a apremiarle energéticamente para que se diera prisa porque Carletto llevaba dos minutos pidiendo que se realizase el cambio y Tchouaméni estaba a lo suyo. Un síntoma de la dinámica en la que parece haber entrado en los últimos meses el subcampeón del mundo. 

Qatar, punto de inflexión

Tchouaméni no es el mismo que se fue a Qatar. El jugador que regresó del Mundial, donde cayó en la final en una tanda de penaltis en la que falló uno de los lanzamientos que le costaron el título a los galos, es otro. A sus 23 años y después de completar un arranque de temporada espectacular en su año de estreno, ha perdido vigor, protagonismo y, sobre todo, concentración. Esto último es lo que más inquieta al entrenador, que necesita un jugador con presencia física y muy centrado para equilibrar los partidos que están por venir ante Manchester y Osasuna, equipos que imprimen mucho ritmo a sus encuentros. 

El regreso distraído de Tchouaméni ha generado inquietud en el cuerpo técnico blanco y en la plantilla, donde hay compañeros como Kroos y Modric que están muy encima del francés. El futbolista llegó del Mundial lesionado y aprovechó su baja para irse a París, donde se dejó ver en un partido de la NBA en directo mientras sus compañeros sufrían para eliminar en Copa al Villarreal. El jugador fue llamado al orden y terminó pidiendo disculpas en las redes sociales por exhibirse en un momento tan inoportuno. 

La realidad es que no ha vuelto a recuperar la solvencia en el juego que demostró antes de la Copa del Mundo. Durante los meses de febrero y marzo ha perdido presencia en el once, y ha sido en abril cuando Ancelotti ha vuelto a darle minutos en Liga para tratar de recuperarle para la causa. Tchouaméni ha sido titular ante Villarreal, Betis, Valladolid y Celta. 

La adaptación como Camavinga

El club está tranquilo con el jugador porque entiende que está atravesando su etapa de adaptación al fútbol español y al juego del Madrid. Algo que ya le pasó a su compatriota Camavinga o a jugadores como Ceballos o Asensio. De hecho, el staff le pone el ejemplo de su amigo Eduardo, hoy lateral izquierdo, para que entienda que con trabajo y su calidad llegará a convertirse en un jugador fundamental en el mediocampo madridista. Pero hasta que se complete la ‘Camavinguización’ de Tchouaméni los veteranos y los técnicos siguen muy encima del futbolista. 

El pasado sábado, tras derrotar al Celta en un partido en el que el francés jugó los 90 minutos, Ancelotti habló con él al finalizar el partido para hacerle algunas correcciones: "No te creas que esto es una bronca- le puntualizó-. Es para ayudarte. Tuviste tres pérdidas graves por falta de concentración y eso hay que evitarlo".

El Madrid sigue esperando la mejor versión de Tchouaméni, la del jugador que aterrizó en el Bernabéu en verano tras pagar 80 millones de euros semanas antes de que Casemiro anunciase su marcha al Manchester United. Pocos echaron de menos al brasileño en el primer tramo de temporada. Pero ahora, en la etapa clave, Aurélien aún no ha regresado de Qatar.