El Córdoba Futsal llega tarde en Antequera y pierde terreno en su escalada en Primera

Al Córdoba Futsal se le marchó -o le arrebataron, según el prisma- una oportunidad formidable en Antequera para escalar posiciones en la tabla en Primera División. Aún queda mucho por delante -sin ir más lejos, el próximo martes hay partido en Vista Alegre a las 13.00 ante el Levante-, pero tal y como está el curso en la élite del fútbol sala la impresión es que cada punto vale muchísimo. Lo que uno gana se lo quita al otro porque todos son rivales directos. Era el caso en este derbi andaluz, que se saldó a favor del BeSoccer UMA porque el Córdoba Futsal se quiso enganchar demasiado tarde. Pudo haber agarrado al menos un punto, pero salió frustrado del Fernando Argüelles, donde el anfitrión lo celebró con el exceso que la ocasión merecía. El triunfo servía para asomar el cuello entre la brigada de la clase media.

A los cinco segundos, Del Moral le soltó un trallazo lejano a Conejo y el meta tuvo que intervenir para sacarla con apuros. Un primer aviso. Y el segundo, antes del medio minuto: Jesulito volvió a probar al cancerbero local. El gaditano lo buscó otra vez en una contra. Tres disparos entre los tres palos cuando no se había roto a sudar. Un mensaje claro de los de Josan González en un trepidante inicio del derbi andaluz.

Un fuerte pulso

Los anfitriones aguantaron las primeras embestidas y mantuvieron el pulso. A los cuatro minutos, Fabio desvió con la pierna un tiro cercano de Pablo Ramírez. Los cordobesistas, muy concentrados, mantenían un alto nivel de intensidad con las rotaciones. Merodeaban el área, pero sin encontrar la fórmula. Sí lo vio más claro el UMA Antequera, que se adelantó en una contra llevada a la perfección por Dani Ramos y Dani Fernández, con remate de este último entre las piernas de Fabio ante la desesperada salida del madrileño. El capitán, Miguel Conde, rozó el segundo. Se vino arriba el UMA, estimulado por su ventaja. 

El UMA Antequera recuerda, en cierto modo, al Córdoba de los comienzos en la élite. Con hambre, desvergonzado, con la osadía del que tiene poco que perder y mucho que ganar. Principalmente, un futuro estable. Lleva un lustro sin lograrlo, portando la irritante etiqueta de "equipo ascensor" con todo lo que eso implica. El Córdoba es su ejemplo: la entidad que preside José García Román ha conseguido ir reconstruyéndose al ritmo de las circunstancias, adaptando su plantilla hasta ganarse el respeto de todos sus vecinos de la Primera División. 

Tira de recursos

El Córdoba tiró de su arsenal de recursos. Del Moral trató de sorprender desde lejos a Conejo con un lanzamiento centrado que el portero mandó a córner. Jesulito ponía inventiva, Viana pelea... Pero el gol era patrimonio del Antequera. El veterano Burrito resolvió con un toque magistral un mano a mano con Fabio para hacer el 2-0 a los diez minutos. Ya tenía el UMA algo que proteger. Y lo hizo a fondo, con vigor y entusiasmo. El Córdoba sintió el golpe, pero no perdió fuelle. Impreciso y precipitado, le ponía corazón. Dani Ramos le sacó en la línea de gol un tiro a Pulinho a falta de cuatro minutos.

Lucas Bolo la tuvo a falta de dos minutos, pero Conejo le sacó su tiro en carrera. El argentino volvió a buscar arco, pero se le marchó desviada. En el límite del error, el Córdoba pudo irse peor al descanso. Fabio intervino dos veces en los últimos segundos después de balones perdidos en la salida de los cordobesistas, que se metieron en el vestuario aturullados y con un marcador muy feo.

Fogosidad y ruleta rusa

Se plantó el Córdoba como cabía esperar. Trató de imponer su dominio, agarrándose a referentes como Jesulito o Alberto Saura, hipervigilado. Lo logró en apariencia, pero de un modo incompleto. Le faltaba culminar ante un Antequera bien pertrechado, que además asustaba en sus salidas.

El control de los locales ofuscaba al Córdoba, que ponía todo el empeño para salir de su evidente incomodidad y meterse en el partido con un gol. El riesgo era cada vez mayor, no le quedaba otra. Un globo de Dani Fernández por encima de Fabio lo sacó Miguelín cuando iba para adentro. 

El asunto se torció aún más cuando Lucas Bolo vio la segunda amarilla en el 29' y puso a los suyos con dos minutos de inferioridad. Ese tiempo lo aprovechó el Antequera para firmar, por medio de Miguel, un 3-0 que dejaba una herida sangrante. Con el ambiente caldeado, aluvión de tarjetas y constantes interrupciones del juego, salió la furia de Álex Viana para hacer el 3-1 con ocho minutos por delante.

Josan González empezó con el portero-jugador a falta de cinco minutos. El Argüelles era un hervidero. Jesulito le echó picante con 100 segundos todavía en el marcador al hacer un 3-2 que puso de los nervios a todo el mundo tanto dentro como fuera de la cancha. Los cordobesistas no encontraron el modo de recuperar el terreno perdido y se fueron con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad.

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