Justo antes de acercarse a la sede en Madrid de El Periódico de España para esta entrevista, Beatriz Álvarez Mesa ha estado en Valdebebas, reunida con el Real Madrid, en un marco de encuentros con todos los clubes de la Liga F. Justo después, pone rumbo a la sede que en breve inaugurará la recién creada competición, en la calle Fortuny de la capital. Con la liga profesional de fútbol femenino ya lanzada, su presidenta y el equipo de trabajo que la acompaña se afana ahora en termina de cohesionarla y hacerla crecer. No han sido meses fáciles desde su elección en junio, pero considera que el esfuerzo, pese a las "barreras" y "zancadillas" con las que se ha ido encontrando ha merecido la pena,

¿Qué balance hacen de las primeras jornadas de la Liga F?

Un balance positivo, intenso y complicado. Hemos tenido que arrancar una liga profesional en apenas tres meses y con muchas dificultades. Estamos satisfechos porque hemos conseguido los objetivos prioritarios que nos marcábamos desde el inicio, aunque queda mucho por hacer.

Superadas esas dificultades de la puesta en marcha, ¿cuál es en estas semanas el principal foco de trabajo de la Liga F?

Hay que crecer en muchísimos aspectos. Tenemos que mejorar en toda la parte de comercialización y de producto audiovisual. Hemos logrado el primer paso, que la primera división femenina sea televisada, y hemos conseguido un acuerdo comercial importante con LaLiga, además del patrocinador nominal [Finetwork] que anunciamos hace poco. También estamos en contacto con otras muchas empresas que van a entrar al patrocinio y estamos hablando con los clubes para mejoras en infraestructuras a partir de la subvención que les concede el CSD para ello, porque es importante mejorar la calidad del producto que ofrecemos a las televisiones.

Menciona el acuerdo comercial con LaLiga. Fue un colchón importante para arrancar la andadura con garantías económicas.

Fue vital. No teníamos tiempo para sondear el mercado y armar la estructura, no teníamos ni sede... LaLiga tiene acceso a los patrocinadores potenciales y llegada a las empresas interesadas en el fútbol. Además, era importante que el acuerdo no fuera solo para un año, sino que diera estabilidad y seguridad a medio plazo a los clubes. El acuerdo nos va a beneficiar e irá creciendo, no son solo los 42 millones de euros en los que se ha cifrado de inicio.

¿Qué datos de audiencias manejan en estas primeras jornadas?

No se puede hacer una comparación, porque llevamos tres años sin televisión, pero estamos satisfechos. Las audiencias son importantes, pero aún existen muchas diferencias entre los propios clubes: no es lo mismo que juegue el Barcelona o que haya un derbi a los partidos de los recién ascendidos. Tenemos que intenta fidelizar a los espectadores, Dazn nos está ayudando ofreciendo gratis las primeras jornadas, y generar un producto que genere un mayor interés, desde la tele y también de los que van al campo. En ese sentido hay planes para seguir abriendo los estadios grandes para ciertos partidos, algo que permite que más gente se enganche.

¿Es sostenible la Liga actual con los ingresos que está logrando y los gastos comprometidos, que previsiblemente aumentarán con el nuevo convenio?

Ese es el objetivo fundamental. El objetivo último de la liga profesional es lograr que el fútbol femenino sea sostenible. ¿A día de hoy lo es? Complicado. Para los clubes más modestos y vulnerables sí es un modelo sostenible, porque no pueden gastar más de lo que ingresan y no lo hacen. En las estructuras masculinas, con clubes gastando más, gozan de ese respaldo pero el equipo femenino en sí no es sostenible en sí mismo.

¿La superioridad deportiva del Barça es un riesgo a futuro para el interés de la competición?

En el presente, no es el mayor problema que tenemos, hay otras preocupaciones, pero a futuro puede ser un problema y tendremos que evitarlo. ¿Cómo? Llegará un momento en el que tenga que haber un control económico y también un momento en el que los clubes pequeños tengan más recursos y la competición pueda estar más equilibrada, aunque igualdad real nunca vaya a haber, como no la hay en ninguna competición. Ahora mismo hay que dejar que el Barça siga abriendo camino, que siga apostando como lo hace por el fútbol femenino, porque es un referente. Si queremos que esta liga sea un referente mundial, el Barça es una punta de lanza que nos lleva por Europa. Que Alexia Putellas sea la mejor jugadora del mundo y esté en nuestra liga nos viene fenomenal, tenemos que dejar que sigan avanzando mientras intentamos impulsar a los de abajo.

¿Cuánto daño les hizo el aplazamiento de la primera jornada por el paro de las árbitras?

El daño económico existió, porque había planificados viajes, ya estaba contratada la producción televisiva… Nos faltan datos por cerrar, pero pudieron ser alrededor de 300.000 euros. Pero el mayor daño fue emocional, llevábamos tres meses trabajando para este momento y mucha gente llevaba años soñando con ese momento, incluyendo a las jugadoras. Esa semana fue muy muy dura, afortunadamente se resolvió y parece que las cosas se van calmando un poco.

¿Cree que podrían haber hecho algo diferente o mejor en esa gestión?

Pues seguramente. Si la liga profesional se hubiera constituido en enero, en septiembre habríamos arrancado en mejores condiciones. Seguro que hemos cometido errores y hacemos autocrítica, pero en este tema concreto de las árbitras, veníamos teniendo varias reuniones con la RFEF y nunca se nos transmitió una preocupación de que las árbitras estuvieran en un punto que lo vieran insostenible. Estaba claro que tenían que mejorar sus condiciones, pero mientras que las jugadoras están teniendo paciencia con su convenio, para no plantear una huelga o un parón, las árbitras no la tuvieron. Fue un palo y una falta de respeto que la RFEF boicoteara esa primera jornada. Y también fue una falta de responsabilidad del CSD, que lo permitió.

¿El sueldo de las árbitras será un baremo para negociar el de las futbolistas?

No necesariamente, porque no ocurre en ningún deporte. El convenio marca un salario mínimo, hay jugadoras que están muy por encima, como ocurre en el fútbol masculino, en el que los árbitros cobran unos 300.000 euros y el salario mínimo está en 180.000, aunque no lo cobre casi nadie. Tenemos que poner sobre la mesa los ingresos que tiene la liga para negociar el convenio y las necesidades de los clubes más modestos para poder crecer. Está claro que un club quiere ingresar el mayor dinero posible para que repercuta en el equipo y principalmente a las jugadoras.

¿Cómo va la negociación del nuevo convenio colectivo?

Estamos en ella, conformamos la mesa en agosto y ya hemos tenido reuniones con los cinco sindicatos, nos emplazamos cada dos semanas. La relación por el momento es cordial, no hay una tensión especial. Llegará cuando empecemos a hablar de dinero, porque es inevitable que así sea.

¿Cómo ve, desde la distancia, el conflicto de las 15 internacionales con la RFEF?

Desde la distancia. Esa es la respuesta. Nosotros no tenemos nada que ver en lo que ha pasado y desconozco lo que haya podido ocurrir a nivel interno. El mayor respeto que puedo tener es el silencio y evitar dar opiniones con las que pueda meter la pata.

Está quedando la imagen, entre unas cosas y otras, de que el fútbol femenino es un mundo lleno de conflictos y desacuerdos. ¿Le preocupa?

Creo que tenemos muchísimas cosas buenas de las que hablar e intento volcarme en ellas para construir. Pero también es cierto que he pasado momentos difíciles, de pensar que en lugar de construir me tengo que dedicar a sortear barreras, inconvenientes, dificultades, zancadillas… Y eso da una imagen del fútbol femenino que está lejos de lo ideal y de la que queremos dar. Va a salir adelante pese a las zancadillas y barreras que quieren poner.

¿Quién quiere poner zancadillas y barreras?

Lo he manifestado siempre. Ha habido problemas con las árbitras, las extracomunitarias, los temas comerciales...

Es decir, la RFEF. Luis Rubiales.

Siempre ha habido una confrontación competencial y eso ha dificultado mucho la marcha de la competición, con muchas zancadillas, cuando sería muy fácil asumir cada uno sus competencias y coordinarse. Entiendo que la RFEF como institución tiene un papel fundamental en el fútbol femenino y en su profesionalización, pero lo primero que debería respetar sería las competencias de la liga.

¿Apuró demasiado los plazos el Gobierno en la búsqueda de un consenso en los Estatutos?

Fueron muchos meses de falta de consenso con los Estatutos hasta que se alcanzó, muchos meses de idas y venidas. El consenso debería haber llegado antes para tener un mayor margen de tiempo. Esta ha sido la gran apuesta del CSD, y hay que reconocerlo, así como las ayudas que se concedieron, pero es cierto que se ha ralentizado todo mucho. Tenían la esperanza de que no se volcaran en el fútbol femenino los problemas del masculino.

¿Era una esperanza realista?

Me considero una persona bastante mediadora y creo que el debate siempre mejora. Pero es interlocución era difícil, porque no está claro el marco competencial. Una vez que se han resuelto, a través de resoluciones del CSD, hemos intentado construir, pero siempre a contrarreloj.

¿Qué opinión le merece el articulado actual de la Ley del Deporte?

Estamos contentos. Nos preocupaba muchísimo la inseguridad jurídica que dejaba con respecto a la explotación de los activos comerciales. La enmienda que se ha planteado nos deja más tranquilos para que los clubes puedan seguir teniendo los recursos que necesitan para que la competición siga creciendo y que es extensible a todas las ligas profesionales. No solo afectaba a la liga masculina, nos afectaba a todos.