España llegó al Eurobasket fuera de las listas de candidatos a las medallas, pero saldrá del torneo de Berlín, haga lo que haga, con la sensación de que su leyenda continúa en esta etapa posGasol. Una victoria de mucho mérito frente a Finlandia (100-90), con una demostración de su nivel competitivo, le aseguró una plaza en las semifinales por 11ª vez consecutiva, que le enfrentará al ganador del Grecia-Alemania.

Willy Hernangómez tuvo una actuación superlativa con 27 puntos y 5 rebotes, pero también aparecieron durante el partido piezas claves como su hermano Juancho (15 puntos), Brizuela (14) y un eterno Rudy Fernández (11 puntos). Solo así pudo la selección darle la vuelta a un partido que perdía por 15 puntos y firmar un segundo tiempo soberbio en el que encarriló su clasificación.  

Nervios de inicio

Desde el primer instante dejó claro Finlandia que su presencia entre los ocho mejores del torneo no es un regalo. Jugó con la misma frescura y alegría que ha desplegado en todo el campeonato sin que le afectara la poderosa puesta en escena de España (8-2). Con un estilo muy vertical y valiente, la selección finlandesa no tardó en engancharse al encuentro y en tomar la iniciativa. Ni siquiera hizo falta que Markkanen, la estrella del cuadro báltico, asumiera más juego del necesario, aunque su protagonismo fue evidente. De hecho, las primeras ventajas cómodas llegaron sin él en la pista, porque el cuadro de Lasso Tuovi juega de memoria y cuenta con jugadores experimentados como el jugador del Lenovo Tenerife, Sasu Salin, que son un garantía en ataque.

A la selección española le asaltaron todas las dudas que no habían apareció en el campeonato. Salió con un exceso de motivación. Es el peaje lógico de un bloque tan falto de experiencia. Hubo precipitación las acciones, un exceso de juego individual por momentos, demasiadas pérdidas de balón y también malas elecciones de lanzamiento.

Muy pocos de los jugadores de Scariolo lograron entrar en la dinámica de un partido marcado por el atípico planteamiento de Finlandia, con cinco jugadores abiertos, la falta de un pívot claro, y un altísimo porcentaje desde el triple (7 de 13 al descanso).

Willy como guía

Héroe frente a Lituania, esta vez Lorenzo Brown se mostró más espeso de lo habitual de salida. Fue Willy Hernangómez, una vez más, quien sostuvo al equipo para que no perdiera la consistencia. Y su hermano Juancho quien dio otro paso adelante cuando la situación amenazaba ruina se y Finlandia abrió una peligrosa brecha de 15 puntos (22-37, m. 13; 33-48, m. 17) que, por suerte, la selección redujo en el balance del primer tiempo (43-52).

España hizo un reset absoluto en el vestuario, mental y físico. La determinación de Willy pareció contagiarse al resto de sus compañeros, que se sacudieron de encima los nervios y volcaron en la pista agresividad, pero también la inteligencia que había faltado de inicio. Un rápido parcial de 8-1 ya provocó un vuelco espectacular en el guion y el cambio en los protagonistas.

Finlandia empezó a sentir el aliento de su rival. Y la selección se sintió, por primera vez, segura de sus fuerzas, con la aparición de jugadores como Brizuela, inédito en los primeros 20 minutos, fundamental en la fase decisiva, el trabajo defensivo impagable de Rudy propio Brown, mucho más efectivo y así España firmó un parcial de 30-15 que la dejó al mando para el último parcial (73-67) y le permitió afrontar con la suficiente confianza los minutos decisivos, en los que acabaron por aparecer Brizuela, Rudy y un impagable Alberto Díaz en defensa para cerrar el triunfo.