Paciencia. Es lo que pidió Xavi y es lo que han de tener los barcelonistas. Un equipo, y uno al que se le exigen títulos, no se hace en dos días por mucho que tengas a buenos jugadores y que hayas cambiado por completo la plantilla de un año para otro. Se necesitan automatismos, conectar bien las piezas y que fluya la armonía en el juego colectivo. Y eso, el Barça de Xavi todavía no lo tiene. Hace falta más trabajo, más conocimiento del sistema y de lo que pretende el técnico y todo esto requiere más tiempo. 

Pero siempre es mejor ir creciendo a base de victorias. Y después del empate en el debut ante el Rayo, el equipo necesitaba un triunfo ante la Real Sociedad para no socavar la ilusión que se ha despertado esta temporada entre el barcelonismo. En San Sebastián el Barça ha tirado de individualidades arriba y de Ter Stegen abajo para sumar los tres puntos en un partido que pareció una partida a la ruleta rusa. Y en esta ocasión ha salido cara gracias a que este año se ha fichado a Lewandowski, autor de dos goles, que Dembélé está fino de cara a portería, que Ansu Fati está casado con el gol y que hay mucho más y mejor fondo de armario.

Xavi ha removido el once. Sin ser una revolución porque ha habido tres variaciones respecto al debut ante el Rayo, lo más significativo es que después de mucho tiempo ninguno de los cuatro capitanes ha salido de titular. Busquets, lógicamente por estar sancionado, pero ni Piqué, previsible, ni Sergi Roberto ni Jordi Alba han formado de inicio. Ter Stegen ha lucido el brazalete. Lo más novedoso fue el cambio de dibujo. El técnico ya había advertido que en muchos partidos saldría cerrando con tres detrás y es lo que ha hecho en Anoeta. No era un 3-4-3 clásico con rombo en el centro del campo pero lo que si que ha quedado muy claro es que la banda izquierda ha sido para Balde, que Ferran Torres se movía por el medio y que De Jong tenía normalmente a Gavi en una especia de doble pivote. 

El plan pareció salir a la perfección porque en el primer minuto, Pedri ha logrado zafarse de una presión con mucha clase y ha lanzado a Balde para que con su velocidad se plantase dentro del área realista para asistir a Lewandowski, que se ha estrenado en partido oficial el día de su aniversario. Gran anticipación la del polaco. Pero el Barça no ha sabido mantener demasiado tiempo la ventaja porque una pérdida en la salida de De Jong ha permitido a la Real Sociedad empatar el duelo. Silva ha conectado con Isak, que con un poco de fortuna ha superado a Ter Stegen pues su remate tocó la pierna de Eric, que le cerraba y la pelota hizo una parábola extraña. 

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Real Sociedad - FC Barcelona, en imágenes Agencias

Fuera por el cambio de dibujo o porque todavía falta más trabajo táctico, el Barça no se ha sentido cómodo. Demasiadas conducciones, demasiadas pérdidas y muy poco control, todo lo contrario que predica Xavi y lo que era como jugador. El técnico se ha desgañitado en la banda intentando posicionar mejor a sus hombres. Cada pérdida azulgrana ha sido un contragolpe mortal de los donostiarras, con Silva y Kubo jugando a placer y dejando la espalda de Arauja retratada mas de una vez. Por suerte para el Barça, la mejor versión de Ter Stegen parece haber vuelto porque ha sacado dos remates que en el Real Arena ya se cantaban como gol, uno seco de Merino y una bien colocado de Silva. En ataque, el Barça tampoco era coral y intentaba hacer daño únicamente en excursiones particulares de Ferran o en algún centro aislado rematado por Lewandowski justo antes del descanso

El segundo tiempo ha empezado con un gol bien anulado por fuera de juego a la Real Sociedad y con un robo de balón de Gavi después de un saque de banda que le dio un susto a Remiro pero la sensación en el juego era la misma. El Barça no tenía el control y el partido era una auténtica ruleta rusa. Se volvió a escapar el conjunto azulgrana en un nuevo xut de Remiro que obligó a Ter Stegen a lucirse por tercera vez mientras crecía la desesperación en el ataque del Barça porque a nadie le salían las cosas. 

Y Xavi movió el banquillo y dio entrada a Ansu Fati por Ferran y Raphinha por Balde. Y mejor no le pudo salir la jugada porque entre Raphinha, Ansu Fati y Dembélé fabricaron el 1-2. Pase del brasileño hacia Fati, prolongación de tacón de este hacia Dembélé y definición perfecta con la izquierda. Y justo después, la sentencia, con una recuperación de Pedri, que conectó con Ansu dentro del área, vio la entrada de Lewandoski y el polaco firmó su doblete. Ansu Fati sería el encargado de firmar el cuarto en una jugada entre Raphinha y Lewandowski.