No se recuerda en el Camp Nou una situación similar ajena al desarrollo del juego. Tampoco una ambulancia entrando dentro del mismo césped para evacuar con urgencia a un futbolista. Fueron ocho minutos que se hicieron eternos. El desplome de Ronald Araújo tras un violento choque con su compañero Gavi llevó a un ambiente enrarecido que pasó de la angustia inicial a los aplausos y los cánticos para el uruguayo cuando fue evacuado.

Fue en el minuto 59 y 40 segundos de partido cuando el meta del Celta Matías Dituro sacó de puerta y chocaron sus cabezas Gavi y Araújo. El sevillano se quedó tendido sobre el césped, pero el charrúa se levantó y dio unos pasos desorientado durante cinco segundos hasta que cayó al suelo.

Celeridad y pericia

Parecía que quien más daño se había hecho era Gavi, pero Eric García se dio rápidamente cuenta de la gravedad en la caída del uruguayo. El de Martorell llamó inmediatamente a Iago Aspas y entre los dos, colocaron al charrúa en posición fetal para permitirle respirar y que no se obstruyera con la lengua.

Los médicos se repartieron entre ambos jugadores y también saltaron raudos los del Celta. El silencio reinó, de repente, en el Camp Nou y se enrareció el ambiente. Mientras Eric y Alba pedían con gestos el cambio y entraba el carrito con la camilla, Dani Alves se dirigió al mismo córner para llamar con urgencia a la ambulancia. Aspas, en todo momento preocupándose por la situación junto al resto de azulgranas, repitió el mismo gesto y entonces, una escena que no se recuerda en el Camp Nou: la ambulancia entró hasta donde estaba Araujo tendido, entre el centro del campo y la frontal del área.

Otra camilla había entrado desde el córner opuesto, a la izquierda de tribuna, pero no fue necesaria pues Gavi se recuperó rápido y toda la atención se centró en Araujo. Acudieron más futbolistas del Celta y el Camp Nou empezó a gritar: "Uruguayo, uruguayo". E inmediatamente, aplausos y un cierto alivio cuando la camilla, una vez inmovilizadas las cervicales al defensa, procedió a entrarle en la ambulancia ya con síntomas de recuperación de conciencia.

Más tranquilos y sin signos de alarma entre los jugadores, lo que se interpretó desde la grada como una gran señal, incluso se aprovechó para realizar los cambios, el obligado de Araújo y el de Memphis, por un ovacionado Ansu y por Lenglet.

Problemas con la camilla

Pero aún hubo que esperar unos minutos más. Nadie entendía muy bien el porqué, pero la camilla no introducía a Araujo dentro de la ambulanciaXavi, muy serio, se lo miraba con sus asistentes. Los jugadores del Barça fueron a ver qué pasaba y ahí, con ellos, estaba Iago Aspas. Un encargado decidió que entrara al césped otro carrito, pero finalmente encajó la camilla en la ambulancia y no fue necesario.

Justo en el minuto 67 y 30 segundos, entre nuevos gritos de 'uruguayo, uruguayo' y más aplausos, la ambulancia salió por una esquina del Camp Nou rumbo al Hospital de Barcelona. Fueron ocho minutos difíciles de olvidar.