Después de la Grande Partenza del Giro de Italia 2022 en Hungría, con base en su capital Budapest, la 'Corsa rosa' llega a Italia para una semana clave, que irá del Etna hasta el Blockhaus y con una 'clásica' en Nápoles y otra etapa 'trampa' de por medio de estos dos gigantes.

Este lunes de traslado de Hungría a Italia ha tenido que servir para coger fuerzas para una semana con varias etapas que pueden estar marcadas en rojo en varios equipos que aspiran a hacerse con la 'maglia rosa', ahora en poder de un Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) que, salvo sorpresa mayúscula, la perderá en las rampas del Etna.

La cima volcánica por excelencia en tierras italianas acoge una etapa '4 estrellas' que no llega a tener la quinta por no haber puertos que precedan a una subida de unos 40 kilómetros que dejará fundidos a los ciclistas, sintiendo de cerca una lava que aguarda en el interior de una cima a la que llegarán desde el Observatorio Astrofísico y por la carretera de Nicolosi, hasta el clásico Refugio de Sapienza.

Etapa 4 del Giro de Italia 2022.

Tras el esfuerzo volcánico, la ronda italiana aflojará algo en una quinta etapa entre Catania y Messina, de 174 kilómetros y con un puerto de 2ª categoría (Portella Mandrazzi) en su ecuador. Tras un largo descenso, habrá presumiblemente un esprint masivo, que se repetiría en la sexta etapa.

Entre Palmi y Scalea, sobre 192 kilómetros y con un perfil ondulado que cuenta con un puerto de cuarta categoría en Razza casi al inicio de la etapa, será otro final rápido y algo peligroso si el grupo llega compacto.

La séptima etapa, el viernes 13, cuenta con más de 4.490 metros de desnivel positivo acumulado y 196 kilómetros. El camino desde Diamante a Potenza pasará por las montañas de Calabria y Lucania y conllevará el regreso al Giro de Italia del Monte Sirino, tras 23 años de ausencia. Un puerto de 1ª categoría que será el más complicado de la irregular y peligrosa etapa.

Al día siguiente y a modo de clásica, Nápoles acogerá la salida y la llegada de una etapa de 153 kilómetros que será "corta e intensa". Tras salir de la ciudad napolitana, se entrará en un circuito de 19 kilómetros entre Bacoli y el Monte di Procida para darle cinco vueltas y regresar a Nápoles para el esprint final.

La semana terminará en los Apeninos, que también tendrán mucho peso en este nuevo Giro en su novena etapa. La doble subida a Blockhaus --donde se consagró Eddy Merckx-- será una de las llegadas más duras. Desde Pretoro se llegará al Passo Lanciano, en un primer paso, y luego se subirá a la meta desde Roccamorice, como en 2017, con pendientes de dos dígitos en curvas cerradas y duras como pocas.

Los últimos 13 kilómetros irán por una carretera estrecha con herraduras, con una pendiente media por encima del 9 por ciento a lo largo de casi 10 kilómetros y con 14 grados de por medio. La recta final antes de meta, de unos 200 metros al 8 por ciento, serán el muro final a una semana intensa en la 105ª edición de la 'Corsa rosa'.