El Milar Córdoba BF concluyó la temporada de su estreno en la una categoría nacional, la Liga Femenina 2, con una derrota por 60-56 en la cancha del Institutos de Compostela. Este resultado le situó en la séptima plaza de la tabla con un balance de 13 victorias y 13 derrotas.
El conjunto que ha entrenado el onubense Antonio Quintero ha logrado cumplir con su objetivo de la temporada, la permanencia, con solvencia, pues la consiguió matemáticamente cuando todavía le restaban 5 partidos por disputar.
El Milar ha devuelto con éxito a la provincia a una liga nacional femenina tras 14 años de ausencia, al igual que a una de las tres primeras divisiones masculinas o femeninas tras 12 años sin presencia. La UCO fue el anterior conjunto femenino que disputó una competición nacional, la Liga 2 del curso 2007-2008, y el Cajasol Córdoba 2016, que militó en la LEB Plata en la campaña 2009-2010, el último que disputó una de las tres primeras divisiones.
El Córdoba Baloncesto Femenino, que así se denomina el club, encarriló la liga desde el inicio al ganar sus 4 primeros partidos ante el Cortegada (60-70) y el BF León fuera (64-72) y frente al Barakaldo (59-56) y La Salle Melilla (68-64) como local. A partir de entonces alternó victorias y derrotas de una manera regular, pues nunca acumuló ya más de dos partidos ganados o partidos seguidos. La temporada la ha terminado como el séptimo ataque del grupo A (63,8 puntos de media) y la 13ª defensa (67,4).
Las mejores en faltas recibidas
Las cordobesas han destacado en su grupo por ser las mejores en faltas recibidas (19,9), las segundas en porcentaje de tiros libres (72,6%) y las terceras en tiros de dos (45%).
Las ‘Torres Gemelas’, la húngara Sofía Licskai y la senegalesa Aya Traoré, han liderado a esta plantilla por sus números. La magiar ha promediado 15,9 puntos, 7,9 rebotes y 19,1 de valoración, lo que le ha llevado a ser la cuarta del grupo en puntos, la segunda en valoración, la tercera en porcentaje de acierto desde el tiro libre (83,7%) y la sexta en faltas recibidas (4,7). Traoré ha firmado 14,6 puntos, 6,2 rebotes y 14,9 de valoración para terminar la liga 9ª en puntos y valoración y segunda en porcentaje de tiros de dos (57,5%) en su grupo. Entre ambas jugadoras han logrado el 54,8% de la valoración del Milar.
La base jienense Carlota Menéndez ha sido la mejor nacional con unos números de 9 puntos, 2,3 asistencias y 7,6 de valoración. La leonesa Natalia López ha terminado la competición cuarta en el grupo A en acierto desde el tiro libre (82,1%) y la séptima en triples (36,0%) para promediar 6,1 puntos, 4,6 rebotes, 1,9 asistencias y 8,4 de valoración. La portuguesa Kikas Barreiros ha acreditado 6 puntos y 4,5 de valoración.
La aportación cordobesa
Seis cordobesas (Ana Rodríguez, Marta Martínez, María Castro, Nerea Zea, Luz Marina Montilla y la júnior Alba Friscia) han saltado a las canchas. Rodríguez (4,3 puntos y 3,2 de valoración), Martínez (5,2 puntos y 3,7 rebotes) y Castro (3,1 puntos y 2,2 rebotes) han liderado al grupo de jugadoras cordobesas.
El Milar ha terminado séptimo en un grupo en el que se ha proclamado campeón el Costa de Almería que junto al Arxil, el Adareva y La Salle Melilla disputarán la fase de ascenso a Challenge. Han bajado el Compostela, el Ibaizabal y el Alhaurín.
Los triunfos frente al cuarto, La Salle Melilla, por 68-64, y el quinto, el Unicaja, por 70-59, han destacado sobre el resto. La victoria ante el conjunto malacitano fue la segunda de la historia de un equipo de la provincia ante un primer equipo de este club y el primero en una liga nacional.
El Milar ha superado con el paso de los meses el ascenso tan tardío a la Liga Femenina 2 que consiguió en la pasada temporada - subió el pasado 19 de junio-, lo cual le condicionó a la hora de buscar los apoyos económicos y de formar la plantilla y el cuerpo técnico. También asumió el gasto extra que le supuso estar en la tercera categoría nacional más cara que se recuerda, en cuanto a viajes se refiere, en el deporte femenino nacional, con tres desplazamientos a Galicia y dos al País Vasco y Canarias. Los aplazamientos de partidos por el covid-19 provocó que la recta final estuviera plagada de partidos, lo que influyó a buen seguro en las lesiones que en esas fechas sufrieron la capitana, Marta Martínez, y María Castro. Al final, pese a todo, el conjunto cordobés se salvó con solvencia y ya piensa en la próxima temporada.
