Ilaix Moriba vuelve a LaLiga tras su fallida aventura alemana. El canterano azulgrana, de 18 años, no quiso renovar en las condiciones que le ofreció la junta azulgrana. El club, consciente de que sus agentes querían llevárselo gratis a otra parte en junio, le amenazó con dejarle en la grada el año que le quedaba de contrato. Fichó el penúltimo día del mercado de verano por el Leipzig 16 millones de euros más seis en variables y un porcentaje del 10% de una futura venta. Ahora llega cedido al Valencia para intentar recuperar el tiempo perdido.

Ironías del destino, aceptó adelantar su viaje a Leipzig en agosto para no estar un año sin jugar y hasta media temporada sin hacerlo. Solo 100 minutos, poco más de un partido, ha disputado en seis ratitos con su nuevo equipo.

Muy lejos de los 18 encuentros que tuvo la pasada temporada con el primer equipo (marcó un gol en la Liga, a Osasuna). "Mi consejo es que el dinero no es lo más importante, sino jugar partidos pero el jugador y su gente deciden diferente", valoró entonces Ronald Koeman, el técnico que le dio la alternativa. "Creo más en cosas de fútbol que en contratos. Con 18 años, el dinero no puede ser tan importante".

El tiempo le dio la razón, viendo como la carrera del prometedor centrocampista. Su marcha abrió las puertas del Camp Nou a Nico, que ha aprovechado el tiempo para consolidarse como presente y futuro del club mientras el medio africano caía en el ostracismo. Tras disputar con Guinea el doble de minutos en la Copa África de los que ha tenido en Leipzig, ahora intentará recuperar el tiempo perdido a las órdenes de José Bordalás. Aunque no el conjunto ché no tiene opción de compra, el Barça se llevaría un 10% en caso de que el Leipzig decida venderlo en verano.