El Wanda Metropolitano dedicó este sábado un sentido minuto de silencio en homenaje a la escritora madrileña Almudena Grandes, fallecida el pasado 27 de noviembre, y reconocida aficionada del club rojiblanco.

Bajo los acordes del himno del club y con la imagen de la escritora en los videomarcadores, los jugadores del Atlético de Madrid y del Mallorca, que disputan esta tarde un partido de LaLiga, formados en el círculo central del terreno de juego y los espectadores desde la grada rindieron tributo a Grandes.

El equipo ya se despidió de la escritora madrileña la semana pasada. "Era una gran aficionada rojiblanca y miembro de la Peña de Los 50", señalaban en su página web, donde "la familia atlética" se declaraba de luto. 

Una dura pérdida para sus lectores

El fallecimiento de Almudena Grandes el pasado sábado en Madrid a los 61 años pilló por sorpresa no solamente a su legión de fieles lectores y al mundillo literario, sino también a buena parte de sus colaboradores y amigos más cercanos. Todos sabían de su enfermedad y algunos que la situación había empeorado a lo largo de la última semana, pero ninguno preveía un desenlace tan rápido como el que finalmente se produjo. 

Con Grandes se fue la gran autora comprometida que ha tenido este país, una mujer que fue capaz de llegar a una enorme masa de público sin renunciar a sus principios literarios ni a los políticos, marcadamente de izquierdas, y que siempre consideró a sus lectores como su bien más preciado, porque eran ellos los que le permitían dedicarse a lo que más le gustaba.

Nacida en Madrid en 1960, se dio a conocer en 1989 con 'Las edades de Lulú', XI Premio La Sonrisa Vertical, y se convirtió en una de las escritoras más relevantes de las últimas generaciones. Desde entonces el aplauso de los lectores y de la crítica no dejaron de acompañarla. Sus novelas 'Te llamaré Viernes', 'Malena es un nombre de tango', 'Atlas de geografía humana', 'Los aires difíciles', 'Castillos de cartón', 'El corazón helado' y 'Los besos en el pan', junto con los volúmenes de cuentos 'Modelos de mujer' y 'Estaciones de paso', la convirtieron en uno de los nombres más consolidados y de mayor proyección internacional de la literatura española contemporánea.