El nuevo Camp Nou estará acabado en 2025. Y el nuevo Palau Blaugrana se estrenará en 2028. Los plazos se van alargando en el tiempo y se confirma que el primer equipo del Barça jugará fuera del estadio en la campaña 2023-24. La directiva de Joan Laporta acaba de establecer nuevos plazos que parecen firmes, una vez redefinido el proyecto. La obtención del dinero para ejecutar las obras, el problema más delicado, está a un paso. De un clic.

El que darán y apretarán miles de socios del Barça el próximo 19 de diciembre, en el primer referéndum telemático, solo telemático, que organizará el Barça. Con su decisión deberán ratificar el 'sí' que ya dio la asamblea de compromisarios el pasado 23 de octubre, al dar permiso a la junta para gestionar la obtención de una cuantía máxima de 1.500 millones de euros. Aquel día solo votaron el 8% de las personas convocadas.

Cascadas de agua

Esta vez, la junta confía en que la participación aumente sustancialmente. La dificultad de que los socios de mayor edad participen puede quedar compensada por el hecho que, por primera vez en la historia, los socios que residen en el extranjero podrán participar tecnológicamente y no solo presencialmente. El club maneja una encuesta según la cual 2/3 de los socios quieren votar telemáticamente. Incluso los mayores de 75 años.

La reforma del Camp Nou, además de urgente, es inevitable. "El día del Benfica, donde estaban sentados, a algunos socios les caían encima cascadas de agua, y eso es intolerable", afirmó Ferran Reverte, el director general del Barça, que detalló nuevamente los pormenores del gran proyecto. Tras la votación, la siguiente gestión será la negociación del tipo de interés del crédito de financiación que se cerrará entre marzo y junio, para el comienzo de las obras. Goldman Sachs es la mayor candidata a prestar el dinero.

Gestiones previas

Los socios deberán cumplir una serie de requisitos previos antes del 7 de diciembre. En primer lugar, actualizar y verificar los datos personales que constan en el club, como el correo electrónico, el teléfono, la clave de socio que figura en el carnet, el código personal pin y la fecha de nacimiento. Estos tres últimos datos serán necesarios el día de la votación del 19 de diciembre para que el Espai Barça avance.

No se teme, por el contrario, que peligre la aprobación. Ya no se necesitan los 2/3 de aceptación que se requerían en la asamblea. Bastará con la mayoría. Las previsiones estiman que los socios votarán en un 75% afirmativamente. En la asamblea el porcentaje alcanzó el 89%.

"Los socios estuvieron a la altura al tomar una decisión de gran calado, entendieron que se trata de una oportunidad, que no es un gasto, sino una inversión", explicaba Laporta, justificando la enorme inversión en los sustanciales beneficios que se obtendrán: unos 200 millones anuales. Necesarios, según el presidente, "para seguir creciendo y compitiendo a un gran nivel".

La campaña 23-24, fuera

El plazo de tres años para culminar la reforma del Camp Nou (finales de 2025) implica que el primer equipo deberá jugar una temporada fuera del estadio. No se sabe todavía dónde. Sí se sabe que será la campaña 23-24, según precisó Ferran Reverter, el director general. En la primera 22-23, el equipo jugará con una parte de la grada cerrada, algo que se repetirá en las dos posteriores (24-25 y 25-26). Los ingresos decaerán sustancialmente. Laporta sugirió hace unas semanas que pudiera ser en Sant Joan Despí mediante la ampliación del Estadi Johan Cruyff. La opción más plausible es acceder al estadio olímpico de Montjuïc.

Costará la reforma del Camp Nou, eso no ha cambiado, alrededor de 900 millones. la construcción del Palau Blaugrana -en el se incluyen un segundo pabellón, la pista de hielo y el aparcamiento de autobuses- se estima en 420 millones. La urbanización y el campus asciende a 100 millones, más otros 60 millones que costará el plan metropolitano.