Habrá una última rueda de prensa pero la comparecencia de Ronald Koeman antes del duelo ante el Atlético tenía una pinta fúnebre que el entrenador no logró disipar. Pese a aparecer con una sonrisa, saludando con la expresión "recordando a Van Gaal, buenos días amigos de la prensa” y matizar luego: "Yo no me voy, yo me quedo".

No parece que vaya a quedarse mucho tiempo. "Tengo orejas y ojos, sé que se filtran muchas cosas y seguramente serán verdad", añadía, aludiendo al encuentro entre Joan Laporta y varios periodistas en una entrega de premios del jueves. El presidente acudió este viernes a la ciudad deportiva, pero no se vio con el entrenador, que preparaba el partido frente al Atlético, como subrayó. "¿Mi relación con Laporta? No voy a contestar a eso", replicó Koeman, que está "harto de tener que defenderme a mí mismo". Pero un día lo hará: "Me gustaría hablar un día y hablar bien de lo que pienso".

"Estoy harto de tener que defenderme a mí mismo. Me gustaría hablar un día y hablar bien de lo que pienso"

Hastiado anda el entrenador, también, al considerar que se le falta al respeto. No ha precisado de quien, pero es fácil deducirlo: de parte de la dirigencia y de parte de los medios de comunicación. Koeman lamenta que no se analice la situación del Barça y del equipo. "Hemos asumido cambios por parte del club", apuntó, en referencia a las marchas forzadas de jugadores como Griezmann y Messi por motivos económicos. "Si tuviera la bolsa del dinero, Messi todavía estaría aquí".

Koeman se siente condenado, y anímicamente, confesaba, "podría estar mejor". Sí respondió a una pregunta típica de despedida, según detectó y reconoció, sobre el mejor y el peor momento de su estancia en el Barça: "El momento de la firma y la marcha de Messi".

"Por amor al club"

Firmó "por amor al club" y consciente de de las muchas dificultades que encontraría al cumplir su sueño. Empezó despidiendo a cuatro ilustres de la plantilla; entre ellos Luis Suárez, que aún no ha digerido su marcha y será un rival motivado este sábado, como Griezmann. "Parece que la situación es más complicada ahora", observaba Koeman, por el enrarecido ambiente que le envuelve y los resultados. El Barça solo ha ganado 3 de los 8 partidos disputados.

No podía aparecer peor rival que el Atlético, del que resaltó las virtudes que le llevaron a ser campeón de Liga: la efectividad en el remate, la organización defensiva y su competitividad. El Barça, en cambio, no se acerca al ideal que desearía Koeman por las limitaciones de la plantilla. Cree el técnico neerlandés, sin embargo, que si dispusiera de los delanteros lesionados (Ansu Fati ha vuelto, pero Ousmane Dembélé y Sergio Agüero tardarán hasta finales de octubre), el panorama cambiaría sustancialmente. Se desconoce si él estará todavía en el banquillo del Camp Nou para verlo.