El Brasil-Argentina más breve de la historia todavía provoca sonrojo y fastidio. La interrupción del partido a los cinco minutos por parte de miembros de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ha dado también paso a la sospecha de que ha estado en juego algo más que el incumplimiento de un protocolo que obligaba a deportar a los cuatro jugadores que lo habían transgredido.

La FIFA ha sido por el momento ambigua. Apenas dejó constancia de su lamento por "las escenas" vistas en San Paulo. El organismo avisó que ha empezado a recopilar información para determinar "en su momento" las responsabilidades. Delegados de la federación regional (Conmebol) ya remitieron a Zúrich todo lo que sucedió en las vísperas y durante el efímero partido.

El informe da cuenta de las negociaciones con la Confederación Brasileña (CBF) y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para que se aplicara el mismo protocolo que la Conmebol diseñó para la Copa América disputada en ese país en julio pasado, las eliminatorias y los certámenes continentales. Después del incidente, la CBF echó toda la culpa a Anvisa y la Policía, además de expresar su “sorpresa” por lo que había ocurrido. Luis Curro, columnista del diario paulista 'Folha', cree que "hubo incompetencia e inacción del lado brasileño", pero también ha observado "falsedad y engaño del lado argentino y una negligencia general, por parte de gobiernos y entidades futbolísticas, en relación a los riesgos de la pandemia".

La ley y la excepción

El reglamento consigna que "si una federación se retirara, si un partido no se pudiera disputar o si se suspendiera de forma definitiva por causas de fuerza mayor”, es la FIFA la que debe decidir "de manera discrecional" las acciones que crea necesarias. Lo ocurrido en el estadio del Corinthians tiene sin embargo una peculiaridad insólita: la selección argentina abandonó el terreno de juego obligada por una orden del árbitro y la Conmbebol. Por lo tanto, se ha señalado, no puede perder los puntos.

Ya se especula con que la FIFA se pronunciará una vez que ambas selecciones se clasifiquen para el Mundial de Qatar. El clásico sudamericano, señaló el diario carioca O Globo, tal vez no se juegue nunca y quede sin resultado.

La trama política

Para el diario Página 12 de Buenos Aires, el episodio del domingo pasado "fue el estallido a cielo abierto de un cúmulo de situaciones ajenas a lo estrictamente deportivo", entre ellas los roces que tienen la CBF y la FIFA y "la dura porfía entre las ligas y las asociaciones europeas con FIFA y Conmebol por la cesión de los jugadores sudamericanos para las eliminatorias".

Pero, además, se cuela la situación política brasileña. El Gobierno de ultraderecha no dudó en buscar una ayuda del fútbol en el momento más delicado de una pandemia que ya mató a 584.000 personas por covid-19. En julio pasado abrió las puertas del país para que se dispute la Copa América. Las negligencias sanitarias de su gestión son analizadas por una comisión investigadora del Senado que puede abrir las puertas de un juicio político contra el capitán retirado.

Los "bandidos" argentinos

'O Globo' ha consignado que en las vísperas del partido, Anvisa informó a la federación de fútbol y la Conmebol de que cuatro jugadores argentinos eran investigados por proporcionar información falsa a la agencia y estaban obligados a cumplir la cuarentena. Representantes de la CBF y la entidad regional "dijeron que estaban en conversaciones con el Gobierno para conseguir una excepción a esa norma".

Las gestiones se realizaban ante el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, y no prosperaron. Pocos minutos después de que se suspendiera el partido, el senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, calificó a los argentinos de "bandidos" y pidió que sean duramente castigados. Y como si fuera un barrabrava, añadió en otro trino: "Pele es más grande que Maradona! ¡Brasil cinco veces campeón del mundo!". Con ese mismo estilo bravucón hablará este martes su padre en dos actos del bolsonarismo que son observados como una amenaza para la democracia.