La capital cordobesa volverá a contar con fútbol sala de élite durante la próxima temporada. El Córdoba Patrimonio de la Humanidad consiguió frente al Jaén Paraíso Interior una brillante victoria (2-3) que le permitió sellar la salvación y poder trabajar así en las bases del futuro proyecto. La campaña, pese al éxito final, no resultó sencilla. Y es que las complicaciones derivadas de la pandemia pusieron al club, en determinados momentos, contra las cuerdas. No obstante, el carácter ganador del vestuario salió a relucir siendo una de las claves -pero no la única- para consumar el objetivo.

Alberto Saura, un goleador insaciable

El pívot llegó el pasado verano tras completar un excelente curso en O Parrulo Ferrol. Ambicioso desde el primer momento, el murciano rápidamente se convirtió en el hombre referencia de la escuadra cordobesista. Los 22 goles marcados a lo largo del curso -un 27,5% de los 80 anotados por la entidad- le situaron como el sexto máximo artillero de la Liga Nacional de Fútbol Sala por detrás de Tomas Drahovsky (Industrias Santa Coloma, 29), Daniel Saldise (Inter Movistar, 24), Javi Alonso (Fútbol Emotion Zaragoza, 24), Waltinho (Jimbee Cartagena, 24) y Eloy Rojas (Fútbol Emotion Zaragoza, 23).

Su rendimiento no pasó desapercibido para el seleccionador nacional, Fede Vidal, quien lo citó con España el pasado 26 de octubre de 2020. Se convirtió, de esa manera, en el primer jugador del Córdoba Patrimonio de la Humanidad que integraba el combinado nacional hispano. Todo ello también llamó la atención de otros clubs, aunque finalmente Saura se quedó para fraguar la permanencia.

Alberto Saura celebra un gol en Vista Alegre. A.J.González

Jesulito y Zequi, la conexión gaditana

Los dos alas gaditanos se hicieron un hueco rápidamente en el sistema de juego emprendido por el técnico, Josan González. Jesulito, el primer refuerzo para la 2020-21, traía consigo una brillante trayectoria deportiva como refrendaba su paso por el CD Xota, O Parrulo Ferrol o los conjuntos italianos del Napoli, Luparense y el Acqua e Sapone -además de la selección española-. Su simpatía y calidad lo convirtieron en una pieza indispensable del vestuario en el aspecto humano y deportivo. Sobre la pista, sus 9 dianas aportaron un empuje más que necesario en pos de soñar con metas incluso mayores.

Zequi, mientras tanto, firmó justo un año antes como blanquiverde desde el Santiago Futsal. El natural de Algar quiso retornar a Andalucía después de su estancia en Galicia, por lo que la llamada cordobesa la acogió de buen grado. La campaña pasada no pudo ofrecer todo su potencial, por lo que, una vez confirmada la vuelta al trabajo -cumplido el parón deportivo debido al covid-19-, se afanó en superar sus marcas pasadas. Dicho y hecho. El “pistolero” sureño vio puerta en 16 ocasiones, solo adelantado en dicha tarea por el citado Saura. 

Prieto, un seguro bajo los palos

Si por algo ha destacado el Córdoba Patrimonio de la Humanidad en su paso por Primera División fue precisamente por el alto nivel ofrecido bajo los palos. Cristian Ramos y Nono Castro resultaron vitales tanto para consumar el ascenso a la élite en la 2018-19 como para la permanencia de la 2020-21. Sin embargo, motivos personales y laborales provocaron la salida del segundo, una circunstancia que cubrió el experimentado Alfonso Prieto.

Pese a las dudas arrojadas en algunos envites ligueros, el que fuera cancerbero del Ríos Renovables Ribera Navarra, Jaén Paraíso Interior o Levante UD apareció en los momentos cruciales para frenar a los rivales. Su buen hacer contra el BeSoccer CD UMA Antequera en Vista Alegre y, sobre todo, en La Salobreja ante los jiennenses establecieron diferencias notorias en la puerta. A sus grandes intervenciones se sumó el gol frente a los granotas en casa para doblegar al que era líder de la categoría.

Prieto, junto a Zequi en una sesión de entrenamiento en Vista Alegre. A.J.González

Equipo con mayúsculas

Siempre se dijo que el equipo blanquiverde era una auténtica familia. El compromiso y la dedicación constante al trabajo de todos los integrantes del bloque -no solo de los jugadores- fraguaron una base sólida y resistente que otorgó un cartel reseñable fuera de la ciudad. A los cordobeses que había en el club -véase el capitán, Manu Leal, el arquero Cristian Ramos, el cierre, Cordero, y los alas, Boyos, Jesús Rodríguez, Koseky y David Leal hasta su partida- se unieron otro grueso importante de futbolistas -Pablo del Moral, Ricardo Mayor o Shimizu- que entendieron las directrices impuestas por Josan González y la ideosincracia andaluza. Estos factores dispararon al Córdoba Futsal en cada cancha y ante cada adversario dejando muestras del hambre competitivo existente.

El gran acierto en la preparación física

El entrenador, Josan González, se deshizo constantemente en elogios hacia su preparador físico, Juan Daniel Belmonte. Y es que la labor en esta parcela arrojó sus frutos, ya que prácticamente no existieron problemas reseñables de lesiones o molestias físicas en la plantilla. El graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte también finalizó un máster en Alto Rendimiento Deportivo, lo que le condujo hacia el mundo del fútbol sala. Tras pasar por Rumanía o Rusia, Belmonte se vinculó a la aventura cordobesista por la “relación de confianza” que tenía con el míster -como expuso a principios de curso-. Su tarea no fue sencilla, sobre todo por el largo parón deportivo, pero la complicidad con el vestuario y la profesionalidad permitieron que todo fuera más llevadero.

Josan González durante un partido en el Palacio de Deportes Vista Alegre. A.J.González

Josan González, el artífice desde el banquillo

La emoción embargó al pontanés nada más concluir el choque ante el Jaén Paraíso Interior. Se acordó, entre lágrimas, de su familia, de todos los malos instantes vividos y de la alegría inmesa que, a buen seguro, tenían al completar la salvación. La etapa de González en el Córdoba Patrimonio de la Humanidad empezó la temporada anterior cuando cogió el puesto de Miguel Ángel Martínez Maca. Sin embargo, el reseñado y sabido parón por el covid-19 impidió que debutara en la entidad blanquiverde. 

Ya en la pretemporada, la primera gran noticia se produjo con la consecución de la Copa de Andalucía frente al Jaén. El título, decidido en los penaltis, solo supuso una piedra en la edificación pretendida para la LNFS. El conocimiento técnico y táctico de González, apoyado en su segundo, Fernando Tienda, disiparon todos los contratiempos posibles para alcanzar la gloria. 

Recuperándose de las pifias

Los altibajos aparecieron en varios momentos del campeonato. El irregular inicio se solventó doblegando al campeón de Europa, el Barça, por 3-1 en Vista Alegre. Sin embargo, el tropiezo en la Copa del Rey contra el Mengíbar (5-0) fue otro duro revés a tener en cuenta prácticamente llegando a diciembre de 2020. El 29 del citado mes se obtuvo un merecido triunfo por 6-2 contra O Parrulo Ferrol, aunque sería el inicio de una nefasta racha que condujo al Córdoba Patrimonio de la Humanidad, por primera vez en su historia, a los puestos de descenso. El Viña Albali Valdepeñas (7-4), el Real Betis Futsal (4-6), el Jaén Paraíso Interior (1-3), el Inter Movistar (3-7) y ElPozo Murcia Costa Cálida (3-0) avivaron los fantasmas.

El cierto respiro apareció a finales de febrero y en marzo de 2021. El 2-0 frente al Peñíscola FS, el 5-1 contra el Jimbee Cartagena, el 3-4 con el Ribera Navarra FS o el empate ante el Pescados Rubén Burela (2-2) relajaron a una escuadra que cayó a continuación contra el Barça (1-0) e Inter Movistar (3-1). Los buenos resultaron retornaron merced a los triunfos con el BeSoccer CD UMA Antequera (3-0), Fútbol Emotion Zaragoza (1-2), Osasuna Magna Xota (2-2), Levante UD (6-3) o Viña Albali Valdepas (0-0), un recorrido que dejaba la permanencia a tiro.

Pese a ello, la derrota cristalizó cuando nadie lo esperaba. El conjunto andaluz cayó 4-3 ante un O Parrulo Ferrol ya descendido, lo que abría esperanzas al Burela de quedarse en Primera División y mandar al play out a los de González. Todavía peor se pusieron las cosas con el 1-2 frente a ElPozo Murcia Costa Cálida, lo que obligaba a ganar al Jaén en La Salobreja para no depender de lo que ocurriera en el pabellón de Vista Alegre -también se llama así el del Burela- entre los naranjas y el Palma Futsal. El equipo hizo uno de los mejores compromisos de la Liga venciendo por 2-3 a los jiennenses y desplazando la fiesta a la ciudad de la Mezquita.

Una gestión interna de alto nivel

El presidente de la entidad, José García Román, no podrá olvidar las incesantes trabas existentes en el devenir económico. La pandemia, y las limitaciones de aforo para Vista Alegre, imposibilitaron un diseño de campaña de abonados acorde a la demanda. De hecho, el club optó por sacar a la venta un carnet de simpatizante debido a la incertiumbre sobre el acceso o no de público. Incluso en determinados instantes se vendieron localidades simbólicas -como contra el Inter Movistar- para paliar las arcas. La salvación y el aumento del aforo presumible podrían dar el equilibrio necesario a la labor gestada desde la cúpula directiva.

Los jugadores atienden a Josan González durante una sesión en Vista Alegre. A.J.González

Ante la pandemia, otra victoria

El Córdoba Patrimonio de la Humanidad tuvo un comportamiento ejemplar en el control del covid-19 dentro de la plantilla. Solo un caso por contacto estrecho, el de Cristian Ramos, se contabilizó en toda la temporada, por lo que ningún envite fue aplazado a causa de los cordobesistas. El equipo, uno de los más afectados en este sentido, tuvo que recomponer su calendario para concluir el campeonato. Y no solo eso, ya que muchas semanas de preparación no se culminaron con encuentros, una rémora llamativa que finalmente no tuvo consecuencias indeseadas. 

La afición, siempre presente

De una forma o de otra, la hinchada blanquiverde no abandonó al plantel. Las restricciones que sufrió Vista Alegre en pos de albergar aficionados fueron un golpe para el club. Muchos no entendieron las decisiones tomadas en este sentido, pero el Córdoba, atado de pies y manos, acató la normativa vigente al respecto. El pabellón de Ciudad Jardín vivió jornadas con las gradas vacías y otras donde un número ínfimo -en comparación a los 3.500 del año pasado- pudieron animar manteniendo la distancia de seguridad y cumpliendo con lo dispuesto. No obstante, los espectadores que presenciaron alguna contienda se dejaron sentir como los millares de antaño y ya preparan las gargantas para el siguiente desafío en la máxima categoría.