El técnico del Dobuss Córdoba Basket, Miguel Ángel Luque, ha resumido la primera vuelta de este equipo que compite en la N1 Nacional femenina de baloncesto. Este conjunto ocupa una de las plazas con derecho a luchar por el ascenso a la Liga Femenina 2, tras superar hasta un confinamiento por el covid-19 que terminó con la baja para toda la temporada de la base titular, Carmen Casas. La rambleña, afortunadamente ya se encuentra relativamente bien de salud y recuperándose favorablemente de esta enfermedad.

-Al ser un proyecto nuevo, ¿cómo vivió el inicio de la pretemporada?

‌-En primer lugar, con mucha responsabilidad, al ver el alto grado de compromiso de la directiva y el tiempo que estaban dedicando a la confección del proyecto con la búsqueda de apoyos económicos y reuniones institucionales. En segundo lugar, expectante y con muchas ganas e ilusión por poder capitanear la nave más representativa del baloncesto femenino provincial. Por último, con la idea de lograr lo antes posible una buena cohesión de grupo, para que las chicas se identificaran e hiciesen suyo este ilusionante proyecto.

‌-¿Cómo influyó el parón por el brote de covid-19 en el rendimiento del equipo?

‌-Influyó más de lo que pensaba, principalmente por perder para el resto de temporada a una jugadora de la importancia y el carisma de Carmen Casas, con el peso que tenía en el equipo. Físicamente nos hundió, pues acusamos en demasía las dos semanas que estuvimos paradas, más aún las jugadoras que lo contrajeron, pues nos rompió el buen ritmo que llevábamos y la planificación de un mes con partidos muy importantes. Nos costó volver a encontrarnos y recuperar nuestras señas de identidad. Pero el esfuerzo, el sacrificio y el compromiso de estas chicas han hecho el resto.

‌-¿Cómo ha visto al equipo en los últimos encuentros?

‌-Muy bien, pues como le digo, sacrificaron sus días de vacaciones navideñas y entrenaron mucho y como nunca con el objetivo de afrontar con las mejores garantías la muy difícil cuesta de enero que teníamos a nivel competitivo, con enfrentamientos directos con los equipos de arriba. Hemos salido muy reforzadas, haciendo un muy buen baloncesto en Estepona o poniéndonos el mono de trabajo cuando las cosas no salen en ataque, como en nuestro último enfrentamiento ante otro de los gallitos del grupo como Alhaurín.

‌-Ya conoce a todos los rivales del grupo, ¿Qué espera de la segunda vuelta?

‌-La cosa está que arde, ya que las plazas que dan derecho a jugar los cuartos de final están muy caras. En la parte alta somos cinco equipos de un nivel bastante parejo, pues estamos Alhaurín, El Palo, nosotras y los dos filiales de Liga 2 para dos o tres plazas y esto se va a decidir por detalles como lesiones, confinamientos, refuerzos o basketaverage. Otro gran factor será la incidencia de los filiales de Estepona y Unicaja, según que niñas jueguen estos decisivos partidos, así que nos espera una apasionante segunda vuelta en la que tenemos que darlo todo.

‌-¿Qué quiere mejorar en lo que queda de fase regular?

‌-Creo que a nivel defensivo hemos encontrado la consistencia necesaria para estar arriba. Mantener este nivel nos puede dar un paso adelante definitivo. Ofensivamente debemos ser capaces de leer mejor los partidos. Con la pérdida de Carmen Casas hemos bajado en dirección pero estoy seguro de que el esfuerzo de las compañeras hará que no se note su ausencia. Hay también que seguir mejorando en dureza mental y en el control de nuestras emociones.

‌-¿Qué ha aportado a este equipo la unión de jugadoras de varias canteras de la provincia?

‌-Fundamentalmente hemos ganado en calidad, experiencia y fortaleza. Nos ha abierto la posibilidad de conseguir que el talento individual de cada jugadora se complemente para que el producto final sea de excelencia. Ahora tenemos un referente, todas hacen suya la marca y todas empujan en la misma dirección con una sola idea: quieren a Córdoba en la élite del baloncesto femenino y esto solo se consigue con unión y compromiso.

‌-¿Ve al equipo con opciones de lograr el ascenso?

‌-Por supuesto, pues para eso llevamos trabajando desde el 1 de septiembre y es nuestro objetivo. La plantilla tiene calidad y se lo cree. Han visto que podemos competir contra cualquiera. Esto es una carrera de obstáculos en la que también influye esa pizca de suerte necesaria. Todo suma pero las sensaciones son buenas, los equipos nos respetan y ese derecho nos lo hemos ganado. Si también nos respetan las lesiones y el covid-19, confío en que podamos estar luchando en esa última fase. Sería algo espectacular para Córdoba.