Entre el indiscutible favoritismo del Atlético, la necesidad de retomar su buen momento después de perder el derbi ante el Madrid y con un amago de penalti a los tres minutos que el VAR echó hacia atrás, parecía que los de Simeone iban a recuperar el liderato con un paseo militar. No fue así, el partido de los ilicitanos fue serio y puso en problemas a un Atlético con un juego tosco y sin imaginación. Dos goles de Luis Suárez con remates al primer toque encaminaron el partido, pero el Elche recortó distancias y solo un penalti esperpéntico solucionó el final para los de Simeone.

El Elche es un equipo de método, que lleva al extremo sus axiomas, y el primero es jugar muy juntos, con muy pocos metros entre los delanteros y los defensas, como un bloque impenetrable. Así las cosas, un disparo violento de Llorente desde fuera del área, en una jugada de estrategia a balón parado, fue todo lo que se pudo echar a la boca en la primera media hora un Atlético al que no le terminó de funcionar la presión ante los inquebrantables intentos ilicitanos de elaborar jugadas desde su campo.

Goles de Suárez

Aunque no consiguió generar casi nada más que somnolencia, el Atlético se puso por delante camino al descanso gracias a un buen centro raso lateral de Trippier que Luis Suárez rozó lo justo para prolongar el pase hacia el único hueco entre Édgar Badía y su defensa camino a la portería.

Desde el gol, el equipo de Simeone se soltó, se quitó de encima la frustración y al Elche se le escapó el fuelle defensivo. Una sensación que se extendió tras el descanso y hasta que consiguió el segundo gol, de nuevo Luis Suárez, de nuevo al primer toque, de nuevo dentro del área, ahora tras un gran pase de Carrasco.

La apariencia de que el partido estaba sentenciado, sin apenas ataques contra Oblak, llegó incluso a los jugadores de un Atlético que, presa de una relajación defensiva, se complicó ante un Elche que aprovechó su primera ocasión para darle emoción a la última media hora de partido.

Hubo tiempo para que se fuera renqueante al banquillo Joao Fëlix, y para que pusiera volver a jugar Diego Costa después de un mes fuera, antes de una esperpéntica sentencia definitiva del partido. Fue con un penalti inconcebible para la época del videoarbitraje, en una acción de juego peligroso de Marcone que, vistas las repeticiones, apenas tocó la mano de Costa.