Nadie está gastando tan espléndidamente como el Chelsea y cuentan en Inglaterra que todo se debe a la promesa que Roman Abramovich hizo a Frank Lampard cuando este asumió el cargo de entrenador el año pasado. Después de dos ventanas sin poder fichar, el magnate ruso le dijo al inglés que en cuanto la UEFA se lo permitiera, abriría la chequera. Unos 237 millones ha invertido ya Abramovich, con lo cual puede decirse que es hombre de palabra.

Cuentan también que a Abramovich le ha gustado lo que ha visto del trabajo de Lampard. Es como si se hubiera vuelto a enamorar de los blues. Ver a un equipo prosperar después de un año sin invertir en el mercado ha reavivado su pasión, citaba el 'Daily Telegraph'.

Y todo ello pese a que hace dos años que no pisa el Reino Unido, receloso de las tensiones diplomáticas entre Moscú y Londres. Permanece en Rusia, donde dicen que sus negocios florecen, pero de repente ha vuelto a prestar atención a su juguete futbolístico, algo relegado en su lista de prioridades últimamente. Y Lampard, feliz. Le ha traído a Havertz (Leverkusen), Timo Werner (Leipzig), Ziyech (Ajax) y Thiago Silva (PSG), entre otros. La presión es evidente. No vine aquí para acabar cuarto ni para subir a chicos de la academia. Vine a ganar, declaró ambicioso el técnico, cuyo equipo debuta el lunes ante el Brighton.

GRADAS VACÍAS

El resto de los clubs mantienen un nivel de gasto prudente en esta Premier que empieza este sábado sin público en las gradas ni en los pubs. Los clubs presionan, pero el Gobierno de Boris Johnson ya ha dicho que hasta el 1 de octubre no revisará la situación de las gradas. Se estima que la temporada pasada los clubs dejaron de ingresar unos 700 millones de euros. Por eso se impone la moderación en el mercado de fichajes, aunque en comparación con la Liga puedan parecer unos derrochadores. La marca de la Premier resiste y a saber hasta dónde habría escalado de reclutar a Leo Messi.

El Manchester City, que ponía la pista de aterrizaje para el argentino, tampoco ha gastado apenas para lo que son sus hábitos. Ha vendido a Sané por unos 50 millones al Bayern y todo lo ha reinvertido, y un poco más, en el extremo Ferran Torres y el central Nathan Aké. Aspira aún a contratar a un central más, quizá Koulibaly (Nápoles).

CONTENCIÓN EN ANFIELD

Menos que una radio ha gastado el Liverpool, el vigente campeón, que se estrena este sábado con el recién ascendido Leeds United de Marcelo Bielsa, entrenador con un estatus particular y que hasta este viernes mismo no ha revelado que seguiría un año más.

El Liverpool apenas se ha permitido desprenderse de13 millones por un lateral, Konstantino Simikas (del Olympiacos) y tiene que pensarse si ejecuta la operación Thiago Alcántara, del Bayern. Estamos en un club diferente, dijo Jürgen Klopp. Vivimos en un mundo con mucha incertidumbre, aunque para algunos clubs eso parece poco importante. Son propiedad de países, de oligarcas, esa es la verdad, disparó.

Poca inversión han realizado el Tottenham de Mourinho o el Arsenal de un Arteta con cada vez más poderes, unos 70 millones ha empleado ya el Everton de Ancelotti, y agazapado está el Manchester United, cuyo única transferencia de consideración ha sido hacia la cuenta del Ajax por Van de Bleek. Está dispuesto a hacer otra por Jadon Sancho, del Dortmund. Se habla de 100 millones. Hasta el 5 de octubre hay tiempo. Para todos.