La presencia en el entrenamiento del Córdoba CF tanto de Bernardo Cruz como de Mario Ortiz no modificó la habitual composición grupal empleada hasta la fecha por el entrenador, Juan Sabas, ya que el central no participó y el medio trabajó al margen. El madrileño había contado con un nutrido grupo de jugadores procedentes del filial blanquiverde durante la pretemporada, circunstancia que se repitió nuevamente en la sesión celebrada en la Ciudad Deportiva.

Hasta nueve futbolistas del equipo B viajaron al stage veraniego acontecido entre Torrox y Nerja. El cancerbero Juliaan Laverge, los defensores Francisco Núñez, Álex Sánchez y Álex Meléndez, los centrocampistas Antonio Moyano, Alberto del Moral, Julio Iglesias y Fran Gómez y el atacante Luismi Redondo rindieron a un alto nivel y el propio Sabas valoró su aportación. De hecho, salvo el guardameta belga -se quedó en el gimnasio dejando su lugar a Javi Romero-, todos los demás integraron la matinal del primer equipo.

Posiblemente muchos de ellos partan hacia el filial a medida que los refuerzos cojan el ritmo físico, un hecho que pudo comprobarse anteriormente con el lateral Manolillo y el delantero Felipe Veloso. A ellos habría que sumarles al zaguero Juan Luna -quien no viajó a la provincia de Málaga debido a una inoportuna lesión en el último entreno previo- y al centrocampista Miguel Gómez, recién llegado del Castilleja y que formó un día con la plantilla dirigida por Sabas.

El técnico del Córdoba B, Germán Crespo, confecciona los entrenos por el momento con algunos integrantes de la campaña anterior, muchos juveniles y otros tantos refuerzos -ninguno anunciado por la entidad-. Ale Marín y el citado Gómez son dos de los ejemplos pero no los únicos. También arribaron el meta Javi Romero y el extremo Adrián Tellado. Pese a ello, y como ya indicara tras disputar el amistoso contra el Córdoba en El Arcángel, sabe que uno de los objetivos del grupo orquestado por los directores de cantera, David Ortega y Rafael Herrerías, es precisamente el de proporcionar piezas a la entidad que saldrá en Segunda División B.

Sabas es plenamente consciente de ello y está demostrando que no le temblará el pulso para dar minutos a los jóvenes que lo merezcan. Por el momento, después de un mes de pretemporada, varios de los habituales llamaron su atención y la del resto de su cuerpo técnico en pos de hacerse un hueco en el plantel sénior.