Como si no hubiera pasado el tiempo. La sala de La Fuensanta recibió este miércoles a la plantilla del Adesal Córdoba -otro de los clubes provinciales que militarán en la élite- conservando todavía el aroma a éxito de hace unos meses. Las de Rafa Moreno, que lideraban el Grupo D de la División de Honor Plata antes del parón deportivo, finalmente consiguieron su billete para la Liga Guerreras Iberdrola tras la decisión tomada desde la Real Federación Española de Balonmano. El desenlace deseado, aunque no se produjera en la pista, sirvió para recompensar la valía de unas jugadoras que nunca dejaron de soñar.

El técnico cordobés liderará el tercer año que la entidad formará en la División de Honor Femenina y espera que se consiga la permanencia en la máxima categoría. Su labor, muy loable y destacada en determinados momentos infructuosos, otorgó a las fuensantinas el plus necesario para pelear por la gloria. Ya en el 40x20, rodeado de todo su vestuario, las primeras indicaciones no se hicieron esperar en una tarde tórrida y repleta de expectación.

Allí aguardaba el grueso del grupo que obtuvo el ascenso: las porteras Amanda Valero y Alba González, la lateral izquierda Maura Andrea Álvarez, la diestra y gran promesa Lucía Vacas, las centrales Malena Guerisoli e Irene García, la pivote Asun Batista, la extremo izquierda Camila Bonazzola y las derechas Gleinys Reyes y Ángel Ruiz. A ellas se les unieron Andrea Roda (pivote), Arabia Peña (extremo izquierda), Fany Monros (lateral derecha) y Tina López (lateral izquierda), los cuatro refuerzos que se cerraron en las semanas anteriores. Además, la apuesta por la cantera volvía a quedar patente con la presencia de Paula García (central) y Gema Anguita (lateral).

Pero Moreno no estará solo en la nueva aventura que tienen por delante. Francisco Corripio será el encargado de llevar el apartado físico mientras que Aroa Montoro, jugadora que también colaboró para subir de categoría, ayudará en los entrenos e intentará contar con minutos. La misión de cada uno de ellos quedó patente en el pabellón una vez concluida la larga sesión fotográfica a la que fueron sometidas las chicas.

Jugadoras del Adesal Córdoba en la primera sesión de entrenamiento. A.J. GONZÁLEZ

Entre bromas avanzó la jornada hasta que por fin volvieron a contactar con el balón. Ahí salieron a relucir las ganas de todas ellas y olvidaron cualquier problema que pudiera existir. Alba y Amanda, por ejemplo, tuvieron que frenar las acometida del resto del plantel cuando efectuaron lanzamientos desde los siete metros. Posteriormente trabajaron acciones desde el exterior destacando en dicha faceta Bonazzola y Ruiz. Moreno no quería que nadie bajara la guardia y habló constantemente con todas sus pupilas -prestando especial atención a las chicas de la casa-.

La actividad proseguirá durante las próximas tres semanas como paso previo a la serie de amistosos previstos. El primero, en principio, será el 22 de agosto en Bolaños. Ese día recuperarán las sensaciones que realmente nunca terminaron de marcharse.