Cristofer Medina Cristo, un modesto futbolista extremeño, cuenta con un palmarés difícilmente repetible, ocho ascensos a Segunda División B con siete equipos, el último con el Villanovense, que es además el tercero que ha conseguido de forma consecutiva. Antes lo hizo con el Cerro Reyes, Sporting Villanueva, Burgos CF, Extremadura, Unionistas de Salamanca y Mérida, en dos ocasiones.

"Por estas fechas siempre me guardo un día para una celebración", bromea el jugador, en declaraciones a EFE. Reconoce que este ascenso ha sido el más extraño de todos, ya que dejó el Mérida en el mercado de invierno, jugó unos pocos partidos antes del parón liguero por la crisis sanitaria y luego ha llegado el ascenso en unas eliminatorias atípicas con muy poco público. Además, la celebración ha sido la más tranquila que ha vivido debido al coronavirus, pero lo ha sentido igual que el primero de sus ascensos.

Cristo (Pueblonuevo del Guadiana -Badajoz-, 1987) abrió el marcador este sábado frente al Cacereño con un gol que a la postre fue decisivo, ya que el empate final daba el ascenso a los de Villanueva de la Serena. El delantero señala que los compañeros había hablado que era muy importante adelantarse en el marcador, pero cuando anotó el gol no pensó que el ascenso estaba hecho y reconoce que el rival les apretó mucho.

Cristo, que solo lleva siete años viviendo exclusivamente del fútbol, es un trotamundos de este deporte, ya que después de iniciarse en el equipo de su pueblo y en los juveniles del Flecha Negra de Badajoz, debutó en Tercera con el Albacete B. Aparte de los equipos citados, también ha jugado en el Badajoz, en el Díter Zafra y en el Imperio de Mérida.

A pesar de los ascensos, no le ha ido bien en la Segunda B, en la que solo completó una campaña con el Cerro Reyes, un buen año en el que consiguieron salvar la categoría.

Desde ese primer ascenso no ha vuelto a jugar en Segunda B hasta el comienzo de esta temporada con el Mérida, antes de volver a la Tercera cedido al Villanovense. "No es una cosa que me preocupe, lo veo como un anécdota", indica el goleador.

El jugador, que asegura estar muy contento en Villanueva, no sabe si la próxima temporada seguirá con ellos en la categoría de bronce después de desvincularse del Mérida, Con 33 años, la retirada la ve aún lejos porque los últimos años se encuentra muy bien a nivel personal y deportivo.

Cristo espera aguantar a un buen nivel tres o cuatro años y pensando en el futuro sacarse el título de entrenador. De sus años en el mundo del fútbol tiene grabado, más que anécdotas divertidas, un grave accidente de tráfico que sufrió con otros compañeros a la vuelta de una entrenamiento en Mérida. "Te pone los pies en el suelo", comenta Cristo, que advierte de que en estas categorías se hacen muchos kilómetros.