Hay porteros que sí ganan partidos. Hay porteros como Ter Stegen que sostienen al Barça, que empezó con energía en Valladolid, y acabó suplicando el final de un partido donde el gol de Arturo Vidal no le sirvió de nada. Sigue enganchado a la pelea por la Liga, pero emite a diario enormes señales de preocupación. Colgado de las manos de un guardameta que se resiste a claudicar, aunque el fútbol de la segunda mitad - ¿acaso era fútbol eso?- invita a la depresión.

Y eso que Setién parece otro Setién. Quizá el auténtico. No el técnico triste y cohibido de las últimas semanas. Tal vez ahogado por la corriente de agua que inundaba su despacho, el técnico ha decidido ser quien era. Volvió, por ejemplo, en Valladolid a la línea de tres centrales que empleó en su inicio, abandonando el rombo que sorprendió al Villarreal , aunque luego no funcionó frente al Espanyol. Intervino Setién, metió mano en el equipo (sentó a Suárez y apostó por Riqui Puig) y dibuja nuevos planes en la pizarra.

Con tres centrales asomó el Barça a la soleada y veraniega tarde pucelana, con 33 grados instalados en el termómetro. Y eligió a Sergi Roberto, el chico para todo, para formar esa línea de tres zagueros con Piqué y Lenglet, dando así vuelo a los laterales: Semedo fue mucho más profundo, vertical y venenoso por la derecha que Jordi Alba, tímido y apocado, aunque parezca extraño, en el flanco izquierdo.

Control sin puntería

El Barça tuvo el control del partido desde el pitido inicial. Y Sergio González, el técnico del Valladolid, que había cambiado la fisonomía táctica de su equipo, se vio sorprendido por el giro setienista. Pero le faltó al aún campeón de Liga tener la puntería que tanto reclama su entrenador. En la primera media hora, el partido debía estar más que liquidado. Pero entre los errores de Griezmann (su pierna derecha le jugó tan mala pasada que le dejó en ridículo en un disparo al aire, con la pelota burlándose de él) y la falta de precisión en la última decisión se le escurrió al Barça tanto dominio.

Tuvo suerte de que Arturo Vidal es un tipo que no espera a nadie. Cuando llega al área, dispara primero y luego pregunta. Además, en la jugada del 0-1, el chileno ofreció un clínic de control y remate, todo de manera casi inmediata, que dejó sin respuesta a Masip, el portero formado en la cantera azulgrana. Semedo, Messi y el chileno se reunieron al borde del área como si estuvieran de cháchara, con todo el Valladolid defendiendo creyéndose inmune al peligro.

20 asistencias de Messi

Entonces, Leo se inventó una sutil y delicada asistencia de gol (lleva 20 en la Liga, ¡una auténtica locura!) para que su amigo Arturo rubricara un gol digno de un delantero de otra época.El Barça se sentía el dueño, dejando breves detalles como la conexión entre Messi y Riqui Puig. Yel equipo, a diferencia de lo que ocurrió en el derbi, se sintió más seguro con los tres atrás ya que Ter Stegen en la primera parte no recibió ni un solo tiro a puerta.

Semedo, además, disfrutaba feliz de sus galopadas por la banda derecha, sabiendo que tenía a Sergi Roberto a su espalda, eligiendo bien el momento y, sobre todo, el centro. Pero ni Riqui ni luego Griezmann, que fue sustituido por Suárez en el descanso, premiaron esa buena primera mitad del lateral portugués. Y, de paso, a Setién, dispuesto a romper viejas rutinas de sistemas de juego para agitar a su equipo. De ahí, que quitara al francés del campo. Y el Barça volvió a caer en los viejos problemas permitiendo que el Valladolid tuviera energía para asustar. Se les hacen eternos los partidos porque la gasolina desaparece.

Hubo, como ya es habitual también, la parada salvadora de Ter Stegen , mientras Setién rescató el rombo enviándole a Sergi Roberto el disfraz de interior zurdo. Fueron, en realidad, dos paradas. Dos cabezazos de Ünal, dos apariciones decisivas del meta alemán. YSetién, más intervencionista que nunca, sacó a Junior para retornar a los tres centrales con el equipo apagado.

Terminó pidiendo la hora, angustiado, sin tener el balón, colgado del larguero tal si fuera un equipo menor. Que, realmente, lo es. No le duraba la pelota ni 10 segundos dejando, un partido más, tan preocupante rastro que le asusta pensar en la Champions exprés de Lisboa. Y, al final, Ter Stegen evitó el empate con una mano de acero.

Ficha técnica:

0 - Real Valladolid: Masip; Moyano, Kiko Olivas, Javi Sánchez, Raúl Carnero (Nacho, m.24); San Emeterio, Kike Pérez, Joaquín (Hervías, m.46), Alcaraz (Ünal, m.46), Óscar Plano (Waldo, m.80); Guardiola (Sandro, m.61).

1 - FC Barcelona: Ter Stegen; Semedo, Piqué, Lenglet (Ronald Araujo, m.56), Jordi Alba; Arturo Vidal, Sergio Busquets (Junior Firpo, m.74), Riqui Puig (Rakitic, m.56), Sergi Roberto; Griezmann (Luis Suárez, m.46), Messi.

Goles: 0-1, m.15: Vidal.

Árbitro: Antonio Miguel Mateu Lahoz (Comité valenciano). Mostró cartulina amarilla a Alcaraz (m.45+), Kike Pérez (m.64), del Real Valladolid, y a Lenglet (m.40), Jordi Alba (m.78), del Barcelona.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo sexta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla.