Ahora con Infinity. Antes, con León. Y con González desde el arranque del segundo decenio del siglo. Cada verano, la campaña de abonos del Córdoba CF se transforma en un examen global. Esta vez no ha sido una excepción: se levantaron voces críticas y entra dentro de lo probable que haya algún retoque. Desde la entidad admiten que escuchan todas las opiniones, aunque apuntan que la estrategia ha sido "muy meditada". El debate está abierto en medio el paréntesis competitivo más largo en la historia del club: jugó en marzo su último partido y el siguiente de liga llegará en octubre.

Hace algún tiempo, a ningún club se le hubiera ocurrido lanzar una campaña de abonados sin un fichaje rutilante para encandilar a los seguidores. El proyecto -siempre debe ser ambicioso, exageradamente incluso- y los refuerzos -hipervalorados- constituían los elementos básicos de seducción. Los aficionados querían escuchar el objetivo para luego poder exigir el cumplimiento. Los precios y los regalos estaban bien, pero no constituían la razón por la que el hincha se ponía en una cola, a pleno sol de verano, para pagar por su carné en una ceremonia tradicional que suponía el primer chequeo del curso.

Cómo han cambiado los tiempos. Y para el Córdoba, más que para nadie. Esta semana lanzó al público -tras varios retrasos- una campaña de abonos para un campeonato que no sabe cuándo empezará, ni qué rivales tendrá, ni qué formato adoptará. ¿Fichajes? Ninguno, de momento, aunque vendrán algunos "de primer nivel", insisten desde un club que ha encajado con apariencia de naturalidad las primeras andanadas de dudas y quejas. El incremento en los precios de los carnés -explicados por la entrega de un polo personalizado de la marca Givova y una rebaja en la suscripción al canal televisivo Footters- ha dividido a los seguidores. González Calvo trató de parar las primeras andanadas aludiendo a una "ayuda a las familias" que se interpretó como un recurso al conocido abono familiar, aunque unas horas después se aclaró desde la propia entidad que los comentarios del CEO de Infinity iban en otra línea: las facilidades en financiación a través de alguna entidad bancaria.

En una encuesta en este periódico, quienes declaran que les parece bien (48%) superan por poco al porcentaje de quienes la ven mal (43%), con un 9% de indiferentes. Los más fieles -peñistas, abonados con muchos años de antigüedad- tratan de forzar su comprensión, seguramente conscientes de la necesidad que tiene el Córdoba CF de mostrar músculo social en una fase crítica de su historia. Más allá de lo económico, la entidad precisa una reforzamiento de su imagen para transmitir solidez. Todo lo contrario de un último curso en el que le pasó absolutamente de todo, en una tragicómica espiral de sucesos: ingresó en la Liga en el último momento porque tenía los derechos bloqueados por deudas, su primer entrenador -Enrique Martín- cogió la puerta tras nueve jornadas, al presidente -Jesús León- le detuvieron por varios delitos societarios y el equipo terminó saliendo del play off justo en el último partido disputado antes de la suspensión del campeonato por la pandemia del covid-19.

Desde el lanzamiento de 'La ilusión... ¡ni tocarla!' hasta el 'Volveremos a abrazarnos' de la 20-21 ha pasado una década en la que los lemas lanzados a la afición para captar abonados han girado sobre asuntos sentimentales. Solo una vez se escaparon de esa línea emocional para enviar un mensaje más directo. Fue en la 18-19, con un 'Creemos en las matemáticas' que acabó siendo un chiste macabro'Creemos en las matemáticas': con los números en la mano, el Córdoba construyó un fracaso monumental para descender a Segunda B y salir del mapa profesional después de doce años.

Entre esos dos momentos -el de Paco Jémez y el del petardazo de Francisco, Sandoval, Curro Torres y Rafa Navarro-, el Córdoba recurrió a eslóganes de lo más curioso: '#SobranMotivos' (12-13), 'Abónate al Córdoba del futuro: Califa Time Machine' (13-14), 'Hemos vuelto: ¡Somos de Primera!' (14-15), 'Construyendo pasión' (15-16), 'Blanquiverde... y déjate de pegos' (16-17), 'Delirios de cordura' (17-18), 'Creemos en las matemáticas' (18-19) y 'Más fuerte que la razón' (19-20). Diez años y tres categorías (Primera, Segunda y Segunda B) para terminar, como siempre, pidiendo un abrazo de sus incondicionales.