"Era cariñoso y leal", recuerda Pepe Escalante (Córdoba, 1950) de su breve relación con Michael Robinson, cuyo fallecimiento este martes por un cáncer a los 61 años ha conmocionado el mundo del deporte. El mítico jugador inglés fue durante unos años miembro del consejo de administración del Cádiz CF, coincidiendo con la etapa en la presidencia de la entidad amarilla del cordobés Antonio Muñoz.

En la temporada 2001-02, el Cádiz contrató a Pepe Escalante con la misión de sacar al club de la Segunda División B. El técnico de Ciudad Jardín llegaba avalado por su éxito en el Córdoba, al que logró rescatar del pozo un par de campañas antes. En este periodo no tuvo suerte. Ganó un solo partido en las primeras nueve jornadas del campeonato liguero en el grupo IV de Segunda B y terminó despedido.

"Era afable siempre, algo nervioso, pero conmigo siempre muy claro", indica Pepe Escalante sobre el trato que mantuvo con Robinson, de quien rememora que le dio "muchos ánimos" después de una victoria lograda por el Cádiz en el campo del Mallorca B y que parecía que indicaba una remontada. "Él veía que la gente criticaba y que el ambiente no era bueno, pero me dio ánimos y fue correcto, hasta divertido aunque las cosas no iban bien por los resultados", explica el veterano entrenador cordobés.

Robinson, que fue diagnosticado con la enfermedad en 2018 y desde entonces hizo pública una lucha que finalmente se se complicó en los últimos días y pudo con su vida, es recordado por Escalante como "un hombre de fútbol" que "sabía lo que es este deporte por dentro", ya que había sido jugador profesional de élite.

Con su peculiar acento inglés, el exjugador del Liverpool, con el que fue campeón de Europa, llegó a España para jugar en Osasuna y una vez retirado estuvo comentando los partidos de Primera División y el fútbol español en Canal +, empresa a la que siempre estuvo ligado, y también como tertuliano en la Cadena SER. "Para todos era una gozada escucharle, porque es una persona que enganchaba y creaba interés tanto por lo que decía como por la forma", dice Escalante, que se declara devoto del estilo de Robinson porque "era capaz de explicar el fútbol como la vida misma".

Escalante solo pasó unos meses por Cádiz y Robinson continuó algunos más. Siendo consejero vio dos ascensos: uno a Segunda ante el Universidad de Las Palmas y otro a Primera en Jerez. Su huella en Cádiz es honda: la escuela de fútbol base de la ciudad lleva el nombre de Michael Robinson y el ayuntamiento le nombró Hijo Adoptivo de la ciudad.